Producir un Nissan Leaf le cuesta a Nissan unos 30.500€ mientras que producir un coche de dimensiones y prestaciones equiparables con motor de gasolina ronda los 14.400€.
Este es uno de los datos más llamativos contenidos en el informe «Global autos: don’t believe the hype – analyzing the costs & potential of fuel-efficient technology» que se podría traducir como «Automóvil global: no se crean la propaganda – analizando los costes y el potencial de la tecnología de eficiencia energética».
Eléctrico:
Coche base – 12.100€
Motor eléctrico – 1.000€
Electrónica y recarga – 3.000€
Transmisión – 250€
Otros – 300€
Baterías – 13.800€
Coste Total – 30.500€
Gasolina:
Coche base – 12.100€
Motor gasolina – 1.350€
Transmisión – 600€
Sistema de escape – 160€
Sistema de combustible – 180€
Coste total – 14.400€
Tecmovia ha conseguido tener acceso a este valioso informe redactado por Bernstein Research, un coloso de la consultoría e investigación de mercados y Ricardo, otro gigante de la ingeniería y la innovación a nivel mundial.
Se trata de un documento de 475 páginas repleto de datos, fruto de una profunda investigación de la situación actual y el potencial futuro de las últimas tecnologías de eficiencia energética aplicadas al mundo del motor. Os lo contamos desde este momento, aunque habrá que desgranarlo en varios artículos o se convertiría en otro libro.
La situación de partida del vehículo eléctrico es de una enorme desventaja con respecto a la trillada tecnología de combustión interna, esto era algo sabido. Lo que no sabíamos hasta ahora era la dimensión exacta de esa distancia que impide, por el momento, que los eléctricos sean ni remotamente competitivos para la industria y sólo muy dudosamente para el usuario final.
Los costes de producción incluyen sólo costes directos, es decir, no recogen la superior inversión en I+D+i o el músculo de marketing que han tenido que crear las marcas pioneras en eléctricos puros, cuyo diferencial en contra del eléctrico no debe de ser pequeño.
Si prestamos atención al desglose de costes, es evidente que el problema son las baterías, que acumulan 13.800€, prácticamente lo que cuesta fabricar el coche de gasolina completo. Por lo demás, los ahorros que se producen en motor, transmisión o escape son ridículos en comparación con este lastre colosal.
Aunque se trata de estimaciones con un razonable grado de aproximación, la conclusión es que Nissan pierde dinero con cada Leaf vendido o al menos no gana nada a día de hoy. Por supuesto que invierte en imagen de marca, posicionamiento, experiencia en producción, mantenimiento y todo lo que se quiera, pero a día de hoy no gana euros contantes y sonantes.
Con esta diferencia de costes, es evidente que las marcas pueden y podrán asignar un precio de venta a sus modelos de gasolina muy por debajo del coste de producción del coche eléctrico y aún así obtener un margen positivo en cada operación.
Así las cosas, teníamos la sospecha, pero ahora tenemos prácticamente la certeza total de que una competitividad razonable del coche eléctrico puro se encuentra a una distancia de muchos años, bastantes más de los que nos gustaría a quienes asistimos expectantes a la tan cacareada revolución eléctrica en el mundo del automóvil.
Por supuesto, el informe establece predicciones temporales de evolución y habla de otras tecnologías, pero todo eso os lo traeremos en próximos episodios.
Fuente: «Global autos: don’t believe the hype – analyzing the costs & potential of fuel-efficient technology» – Bernstein Research & Ricardo – Informe impreso.
En Tecmovia: El futuro del coche eléctrico, hoy | Nissan despeja algunas dudas (y abre otras) sobre duración y coste de sus baterías