Llevamos ya casi una semana estrenando 2012 y con el comienzo del año nuevo, como es habitual, llegan los buenos propósitos para el año que arranca. Estos buenos propósitos se extienden a las marcas automovilísticas, donde muchas se han puesto como principal objetivo para los próximos años hacer dieta y bajar el peso de sus modelos.
Y no han sido precisamente pocas las que han puesto a la báscula en el punto de mira como medida de ahorro de combustible. Si apuntaba a la reducción de la cilindrada y del número de cilindros tomando como ejemplo al Ford EcoSport como medidas para afrontar la escalada de precios del combustible más allá de la hibridación y el uso de las energías alternativas, el peso parecer ser el complemento perfecto para el ahorro de los próximos años.
Tras la evolución de los pesos de las dos últimas décadas, con una fuerte pendiente ascendente como consecuencia del aumento de las medidas de seguridad y los elementos de confort, este eterno objetivo de las marcas ahora queda mucho más expuesto a las nuevas medidas de ahorro en lugar de la tradicional búsqueda de una mejor dinámica.
La última en incorporarse ha sido Ford, que además del Ford EcoSport, presenta una dieta de adelgazamiento para la futura generación de las pickup de la serie F. Los enormes modelos, comparados con cualquier vehículo europeo, uno de los últimos reductos de vehículos puramente americanos que encontramos en la marca (junto a Mustang) en la tendencía hacia la globalización de gustos europeos, se sometería en la siguiente generación a una reducción de peso apoyándose en el uso extensivo del aluminio.
Es pronto para saber con certeza el porcentaje de peso que se conseguirá reducir para el año 2014, fecha en la que debutará la nueva estirpe de camionetas, pero sin duda es una muestra más de la tendencia explícita que estamos viendo en un buen número de fabricantes.
Mazda, Honda y Mercedes: otras de las firmas con prepuestas para la reducción de peso
Mazda con la tecnología SKYACTIV, pretende no sólo reducir los consumos y mejorar prestaciones con los nuevos propulsores (recomiendo encarecidamente leer el especial sobre la futura tecnología de Mazda realizado por el compañero Sergio) sino que también acompañar a estos nuevos motores de un nuevo conjunto de carrocerías y chasis.
De este modo con la SKYACTIV-Body, las nuevas carrocerías de la firma conseguirían una disminución de su peso de un 8%, mientras que la rigidez torsional aumenta en un 30% demostrado que la dieta no pone en entredicho a la seguridad de los ocupantes. Con el SKYACTIV-Chassis, además de mejorar el comportamiento dinámico del vehículo con nuevos esquemas en la dirección y suspensiones se conseguiría una reducción de peso del 14%.
Honda es otra de las firmas dispuestas a hacer régimen como pudimos ver hace poco más de una semana. En el caso de Honda se busca un método basado en la reducción del empleo de refuerzos y tornillos apoyándose en soldaduras sobre la estructura del modelo, método aparentemente sencillo que contrasta con la dieta de otro de los que se han sumado al adelgazamiento masivo: Mercedes.
Según los últimos rumores, la firma germana podría estar trabajando en una versión denominada Superlight E, donde se emplearía la fibra de carbono como principal elemento estructural, reduciendo el peso final del modelo, en comparación con un Clase E, en unos considerables 350 Kg.
La popularizada frase de “quítame un kilo antes que darme un caballo” parece ser una de las tendencias más claras del futuro automovilístico, pero nos tocará esperar un par de años para ver como todas estas estrategias dejan a los prototipos y se implementan en los modelos comerciales.
Fuente: Autoblog.com
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