Rolls-Royce es una marca que en automoción está íntimamente ligada al lujo y a la elegancia por partes iguales. Tal es su envergadura como marca de postín, que habitualmente es el vehículo favorito de aquellas fortunas que buscan un nuevo nivel de representación. Pero la marca británica, propiedad del Grupo BMW, no solo es reconocida en la industria técnica por sus magníficos coches, además de tierra, mar y aire son disciplinas que también maneja con ciertas cualidades bien destacadas.
Aunque muy posiblemente sus motores de aviación son el buque insignia de la marca, el departamento encargado de la propulsión marítima también quiere encontrar su hueco entre los mejores de la categoría. Para demostrar las capacidades de la marca, han llevado a cabo la fabricación de dos barcos remolcadores propulsados por un motor que rompe la hegemonía del gasóleoen el mar, hablamos del empleo de gas natural licuado como combustible.
El motivo de llevar a cabo el desarrollo de un nuevo propulsor partía de la idea de que podían implementarse soluciones mucho más eficientes al entorno marítimo, sin embargo, Rolls-Royce parecía que no conseguía cuajar la idea «verde» entre sus potenciales compradores. El desarrollo continuó de manera unilateral por parte de la marca, lo cual evolucionó el sistema aplicando mejoras como su único depósito de combustible para el gas y la adopción de los sistemas de transmisión diseñados por la marca.
Con estos avances englobados en un solo conjunto, la empresa noruega Buksér og Berging AS mostró interés por las posibilidades de estos motores instalados en barcos remolcadores para su funcionamiento en la costa de Noruega. El contrato abarca la compra de dos unidades remolcadoras, con dos motores por cada barco y una estación de suministro en el puerto de atraque.
Los beneficios ambientales que arroja la marca en cifras son apabullantes: 92% de reducción de emisiones de NOx, 98% de reducción de emisiones de partículas, 98-100% de reducción de las emisiones de SOx y una disminución de más del 30% en CO2. Sin duda unas cifras que a poco que sean cercanas a la realidad hablan por sí solas. Pero estas mejoras ambientales no son las únicas cualidades, ya que el mantenimiento también se reduce de manera considerable y se limita el uso de aceites y derivados del petróleo para lubricación y limpieza.
La entrada en funcionamiento está prevista para 2013 y la compañía espera que se convierta en un perfecto escaparate de las posibilidades de sus nuevos propulsores. Además, el contrato también se convierte en una excelente publicidad para Statoil (suministradora de energía en Noruega) y para Gassco (distribuidora del gas en la costa noruega).
Fuente: GreenCarCongress
En Tecmovia: Hibridación náutica de lujo: el nuevo Riva Iseo | Audi Trimarán: dos motores TDI de 500 CV para mover esta embarcación germana | Dirigibles para el siglo XXI: ¿los nuevos colosos de la movilidad eficiente?