Hace sólo unos días, os hablábamos de la normativa anticontaminación vigente en Europa, referida a emisiones, y en Estados Unidos, referida a consumos. Quien quiera entender lo que está pasando en el mercado del automóvil, no puede ignorar ahora mismo las ideas fundamentales de las nuevas normas, al menos para manejarlas con cierta soltura a la hora del café.
Son estas leyes, y no la iniciativa de productores o consumidores, las que en este momento marcan el ritmo de los acontecimientos. Abundando en este tema que está definiendo nuestros coches, hoy os contamos lo que se espera de la normativa a más plazo aún, a partir de 2020, para que no os cuenten historias sobre la conciencia ecológica de tal o cual marca… sencillamente, todas van a pasar por este aro.
Empezando por el mercado en Europa, se confirma un objetivo de 95 g/km de CO2 para 2020. Hoy en día, sólo un puñado de coches ultraeficientes logran alcanzar esta cifra pero, para 2020, la media de los vehículos vendidos por cada fabricante deberá situarse en ese punto ó más abajo.
Si os parece poco esta ínfima cifra de emisiones, conviene saber que para 2025 se está hablando de 70 g/km de CO2. Sin rodeos, este nivel requiere una revolución tecnológica en toda regla, exigiendo incluso a las marcas más eficientes con sus motores de gasolina o diésel un importante grado de electrificación.
Si la normativa piensa contar como emisiones (como así parece) las necesarias por parte de las compañías eléctricas para recargar los vehículos que para entonces estemos conduciendo, podría ser necesaria incluso algún tipo de colaboración por su parte en forma de renovables para hacer posible tan ambicioso objetivo.
Crucemos ahora el charco. La normativa en EE.UU para 2017-2025, actualmente en fase de alegaciones, propone la cifra mágica de 54,5 mpg (4,31 l/100km en terminología europea) como media de consumo para cualquier fabricante que pretenda vender coches en EE.UU. en el último año del mencionado periodo.
Partiendo de la (ya exigente) normativa para 2016, esto requeriría una mejora de un 5% anual del consumo medio, sostenido durante 8 años consecutivos, para todos los fabricantes. Sí o sí.
China, por su parte, siendo ya el mayor mercado del mundo de venta de automóviles, va un poco a remolque en este aspecto. Simplemente decir que se espera una homogeneización con Europa y EE.UU. hacia 2020, de modo que no se convierta en la vanguardia de la exigencia ni tampoco en una puerta a la permisividad en comparación con occidente. La cifra clave parecen ser 5,0 l/100km para 2020.
La traducción para el consumidor es sencilla: desde luego que los coches serán más eficientes, menos contaminantes y nuestra dependencia del petróleo se verá reducida. Pero sin lugar a dudas cada caballo de potencia será bastante más caro y, previsiblemente, no quedará un solo coche en la calle sin su correspondiente motor eléctrico que, solo o en compañía, sea capaz de moverlo.
Esto sí que es una dieta de adelgazamiento y no la del pomelo.
Fotos: Flickr de Mikebaird | U.S.Army
Fuente: «Global autos: don’t believe the hype – analyzing the costs & potential of fuel-efficient technology» – Bernstein Research & Ricardo – Informe impreso | NHTSA
En Tecmovia: Por qué la industria del automóvil tiene que mejorar de inmediato consumos y emisiones