Sobre modas, tendencias y gustos no hay límites, el tuning fuera de España a veces llega hasta un punto que roza la falta de cordura. En Japón desde hace un par de años hay una moda en la personalización de los coches, este movimiento por llamarlo de alguna manera se conoce como “Oni-camber”, su traducción viene a decir algo así como “demonio inclinado”
Consiste en que lo que parece una suspensión plegada dejando a las ruedas como acostadas sobre el asfalto, dejando una imagen parecida a la de una tortuga panza arriba y con los bajos del coche tocando casi el asfalto. Esta moda para captar las miradas de los viandantes y conductores que se cruzan con estos coches es posible gracias a una suspensión completamente personalizada con refuerzos y dispositivos adicionales para permitir que los ángulos de inclinación de las suspensiones sean posibles.
Como se suele decir para estar “guapo” hay que sufrir, pues en esto no va a ser menos. Este sistema puede destruir las llantas y los neumáticos al menor golpe, por no mencionar el desgaste desigual del neumático y el grave daño estructural que ya les ha sucedido en unas cuantas ocasiones a los que usan estos vehículos. Parece que esta moda en Japón sobre el mundo del motor tiene su origen en el estilo Bosozoku, un movimiento sobre ruedas violento que tiene su origen en la década de los años 50 en Japón.
Los pasos lógicos a seguir por esta moda, es comprar un coche lo más llamativo posible, acercarlo al suelo lo máximo y siempre con unas llantas lo más planas posibles dando una imagen parecida a los esquiadores cuando frenan.
En mi opinión me parece surrealista y hortera, intento entender estas modas pero no caben en mi cabeza. ¿Vosotros que pensáis? ¿Bello o horterada? Porque la verdad allí parece que este concepto de tuning mueve masas.
Fuente: 7tune, Autoblog
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