Sí amigos, lo del Fisker Karma se está convirtiendo en una lenta agonía. Bueno, en realidad es más bien una agonía bastante rápida porque no hay semana en que no os contemos un nuevo problema con este coche. Esta vez le ha tocado el turno a una unidad de este modelo propiedad del programa «Consumer Reports», recientemente adquirida para realizar uno de sus reportajes en condiciones reales.
Y tan reales. El eléctrico de autonomía extendida, por el que se pagó su precio real de mercado (algo más de 100.000$) para evitar utilizar un coche de prensa y siguiendo la política del programa televisivo, se paró a los pocos días de su compra, cuando no había llegado a recorrer ni 200 millas.
Según declaraciones del probador, Consumer Reports compra unos 80 vehículos al año y es la primera vez que uno de ellos no llega a completar el proceso de check-in. Por supuesto puede tratarse de pura mala suerte y todo coche es susceptible de averiarse, pero todo lo que sucede en torno al Karma mantiene un constante sabor a problemas que no logra quitarse de encima.
Si echamos la vista atrás, en la colección de artículos escritos en estas mismas páginas sobre el Fisker Karma, prácticamente podemos seguir la sucesión de desgracias, problemas, retrasos, averías y errores cometidos a lo largo de su cortísima historia. Hace sólo unas semanas, yo mismo postulaba la hipótesis de que Murphy había tomado el mando de la compañía, y con mano firme. La hipótesis parece confirmarse una y otra vez.
Desde entonces, en las últimas tres o cuatro semanas, problemas con las baterías de Litio-Fosfato, que desembocaron en la sustitución de las baterías de todos los Karma fabricados en 2011, retrasos en la entrega a clientes por fallos en el software…
La verdad es que es una pena. El coche prometía mucho y parecía tenerlo todo para ser realmente atractivo, pero creo que a estas alturas prácticamente no queda ninguna duda de que se trata de un proyecto demasiado grande, demasiado complejo y demasiado costoso para salir bien. Ahora mismo, la viabilidad de la compañía pende de un hilo.
Un finísimo hilo, me temo.
Fuente: Autobloggreen
En Tecmovia: Fisker pende de un hilo para poder continuar con su proyecto