Las dificultades a las que se enfrenta la conducción autónoma son colosales. Una máquina autónoma circulando sin control humano directo entre rutas sinuosas, obstáculos, personas en movimiento y otros vehículos conducidos por humanos implica la toma de múltiples decisiones por segundo, que incluyen todo tipo de situaciones imprevisibles. El día a día del cerebro humano es una tarea hercúlea y su emulación, siquiera parcial, un reto tecnológico de enormes proporciones.
Dicho esto, si cambiamos el punto de vista por un momento, un coche autónomo no sería otra cosa que un robot capaz de transportar personas y cosas. Desde esta perspectiva, podemos echar un vistazo a la situación actual de la tecnología de autómatas para intentar cerrar el círculo y entender a qué velocidad se acercan entre sí los robots que se desplazan solos en entornos controlados y los coches que intentan prescindir de su conductor en entornos incontrolados. Cuando ambas líneas de evolución se encuentren, la conducción autónoma será una realidad…
.. y lo que hacen ya los autómatas es realmente alucinante.
Mucha gente piensa que Amazon es una tienda on-line, pero eso sólo es la parte visible. En lo más profundo de su identidad, Amazon es una empresa de logística cuya actividad consiste en juntar artículos con personas; algo parecido a Inditex, pero sin tiendas físicas y sin productos propios.
Los almacenes de Amazon, no son almacenes tradicionales sino centros logísticos dinámicos gestionados por autómatas que hacen circular la mercancía por doquier sin accidentes, sin atascos y siempre por la ruta óptima. Así es como veo yo el tráfico de una gran ciudad gestionado con vehículos autónomos dentro de algunos años.
La empresa que concibió y desarrolló el sistema, Kiva Systems, ha pasado a ser propiedad de Amazon, como no podía ser de otro modo.
Tal vez el ejemplo de Amazon resulte demasiado simple. Al fin y al cabo, los robots que mueven las estanterías disponen de una gran nave diáfana para circular, sin más interferencia que el paso de otros congéneres. Entonces ¿qué tal un escuadrón de helicópteros volando coordinadamente en un espacio tridimensional con obstáculos?
En la Universidad de Pennsylvania no han perdido el tiempo en sus investigaciones robóticas y han logrado montar un escuadrón de helicópteros que se desplazan sin tocarse entre sí en diferentes formaciones y figuras de vuelo, haciendo gala de una perfecta coordinación. Si no existiese el vídeo, no podría imaginarlo.
Vistos ambos ejemplos y retomando el asunto de la conducción autónoma, solo puedo llegar a la conclusión de que si todo lo visto ya es posible, solo es una cuestión de tiempo que, al menos en determinados entornos convenientemente balizados, podamos dejar el control de nuestro coche a un cerebro electrónico y sacar el iPad de camino al trabajo.
La única duda que me queda es cuándo.
Fuente: Xataka | Javier C.G.
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