El Opel Ampera es el hermano gemelo para Europa del Chevrolet Volt americano. En su tierra natal, donde ha sido vendido como una especie de orgullo tecnológico nacional, ha sido acogido con opiniones encontradas, acalorados debates políticos y unas cifras de ventas que se están quedando muy lejos de las expectativas iniciales.
“Por nuestra ciudad, por nuestro país, por nuestro futuro. Este no es sólo el coche que queríamos construir, es el coche que América tenía que construir…” así reza el anuncio para la televisión americana. Pues ahora resulta que la acogida inicial en el viejo continente está resultando (al menos en un primer momento) mucho más favorable que allí, hasta el punto de obligar a Opel a revisar al alza su previsión de ventas 2012 (ahora se esperan unas 10.000 unidades) apenas lanzado el vehículo. ¿El mundo al revés?
Bueno, pues según se mire. Es verdad que la marca se ha centrado mucho en su mercado local, lo ha lanzado allí un año antes y se ha volcado en campañas mediáticas para darlo a conocer dejando a Europa en un segundo plano en el calendario de lanzamientos. Dicho esto, no es menos cierto que un coche de este tipo se encuentra en el país de los pick-up truks con una serie de barreras, la mayoría de ellas mentales, que previsiblemente no tendrá en Europa.
El Volt ha sufrido una flagrante instrumentalización política por parte del partido republicano. Se han encargado de asociar su éxito o fracaso con el del presidente Obama (aunque el proyecto nació y creció en la era Bush y Obama se lo encontró al llegar) y a partir de esta idea le han hecho todo el daño que han podido.
El hecho de que las baterías sufriesen una ignición espontánea semanas después de un test de choque no debería haber tenido excesivas consecuencias en las ventas, simplemente porque no parece que esto suponga un problema de seguridad en el mundo real. Debidamente amplificado y dramatizado, sí ha podido tener un impacto. Este tema ha llegado muy atenuado y sin dramatismos a Europa, donde no se utiliza en contra de nadie. Además, la protección de las baterías ha sido ya reforzada, con lo que es de esperar que las unidades vendidas a este lado del charco ni siquiera puedan tener este problema.
Otro problema que puede encontrarse en EE.UU. es que este modelo es un coche bastante pequeño en la escala americana de tamaños, mientras que en Europa se ajusta perfectamente al tamaño del coche medio al que estamos acostumbrados. Si fuera un cinco puertas sería acogido aún mejor, pero el americano medio todavía no entiende ese formato como más práctico, con lo que no ha podido ser. Con todo, la categoría sí está entre las top ventas en Europa.
Por último, el europeo medio tiene claro lo que vale un litro de gasolina porque lo paga muy caro, mientras que en Norteamérica siguen sin descubrir siquiera las bondades del ciclo diésel fuera de un uso industrial o agrícola. Desde un punto de vista de costes y consumos estamos muy alejados todavía, por lo que el planteamiento del Ampera podría resultar, después de todo, más europeo que americano.
Si algo tenemos en común, eso sí, es una inequívoca preferencia por el Toyota Prius japonés, que este año será también enchufable…
… ¿sayonara, Opel Ampera?
Fuente: Autobloggreen
En Tecmovia: Indagamos en las entrañas del Chevrolet Volt, parte (I) | El Opel Ampera, sometido sin piedad a un largo viaje: resultados y reflexiones