El Panda Raid es un evento lúdico-deportivo en el que un grupo de apasionados del motor recorren Marruecos a bordo de sus pequeños Pandas / Marbellas por el puro placer de la aventura. Ocho días, 70 vehículos, 140 aventureros y 4.000 kilómetros para demostrarse a sí mismos de lo que son capaces y, de paso, demostrarle al mundo lo que un coche pequeño y robusto como pocos es capaz de hacer.
En este caso, la solidaridad, el compañerismo, el ingenio y el espíritu de equipo van por delante de la competición pura y dura, por lo que la clasificación final es un poco lo de menos. Cabe destacar que 69 de los 70 vehículos participantes llegaron a la meta en Essaouira, toda una demostración de resistencia mecánica a cargo de este simpático vehículo. La pregunta sería ¿cuánto «coche» hace falta, realmente, para cruzar el desierto?
Pues parece que no mucho. Acostumbrados a mastodontes de más de dos toneladas cruzando heroicamente el terreno yermo, cuesta asimilar que un juguete de 1980, con menos de 700 kg sobre sus ejes y el motor de un Seat 127 pueda emular las mismas proezas. Por supuesto que las aptitudes todoterreno de un Panda no son totalmente equiparables a las de un 4×4 con mayúsculas, pero en una prueba de dureza y resistencia no parece tener mucho que envidiarles. Por otra parte, en caso de hundirse en la arena, mejor desatascar un Panda, ¿no?
La cuestión es que el Panda Raid, una prueba con un coste muy bajo por participante, con coches prácticamente de serie y sin GPS, nos demuestra una vez más lo poco que hace falta para movernos por el mundo incluso por terrenos extremos. La evolución del automóvil en los últimos 30 años nos ha llevado a coches más y más complejos y pesados, con lo que el ejemplo del Panda resulta todavía más refrescante.
Aparte de un equipo de supervivencia básico (botiquín, un par de ruedas de repuesto, bidón de combustible, eslinga, kit de herramientas…) y los papeles del coche en regla, sólo es necesario aportar 1.890€ por vehículo, que llevará a dos participantes. A partir de aquí, con esfuerzo, buen humor y compañerismo se llega a la meta. El toque solidario lo pone la entrega de material escolar en el sur de Marruecos, cuyo transporte corre a cargo de cada uno de los vehículos, con lo que la aventura adquiere un significado adicional muy positivo.
En definitiva, un clásico de Seat que vuelve por sus fueros en una experiencia automovilística y humana que ha despertado en mí no poca envidia.
Felicidades, amigos.
Fuente: Panda Raid
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