El despegue de los eléctricos aún se resiste, pero el número de opciones en el mercado es cada vez mayor. Esta vez he tenido ocasión de probar algo diferente, mucho más mundano y convencional que el Renault Twizy que conducíamos en Ibiza, pero con la peculiaridad de que el Seat Altea Electric XL Ecomotive aún no llegará a los concesionarios. Y es que se trata de una serie muy limitada de prototipos de la que apenas se han construido un puñado de unidades con el único objetivo de recabar información y mejorar la puesta a punto de un futuro eléctrico de Seat.
Junto a nosotros uno de los encargados de las pruebas que se están realizando en estos momentos en Martorell. Una buena oportunidad, de paso, para conocer la tecnología del Seat Altea Electric XL Ecomotive. Recordemos que se trata de la primera aventura eléctrica de la marca desde que en 1991 apareciera el Seat Marbella eléctrico. Un paso adelante muy interesante de cara a ocupar una posición importante en las aspiraciones de potenciación de energías alternativas del Grupo Volkswagen.
Pese a que mecánica y baterías son amortizadas del Grupo Volkswagen, el resto de la ingeniería, montaje y demás sistemas han sido instalados y desarrollados en Martorell.
La mecánica del Altea eléctrico, heredada del grupo, del Golf blue-e-motion
Al tratarse de una adaptación a eléctrico, la mecánica se encuentra en el vano del motor
La mecánica del Seat Altea Electric XL Ecomotive no deja de ser la misma que ya empleaba el Volkswagen Golf blue-e-motion. Un motor eléctrico de 115 CV y un par importante de 270 Nm, que teóricamente puede entregar desde parado, son capaces de llevar a este monovolumen hasta una velocidad máxima de 135 km/h. Esta limitación se debe únicamente al consumo excesivo de energía que se produce a partir de esa velocidad, innecesario para la conducción cotidiana.
Está dotado de baterías de 27 kWh que le confieren una autonomía aproximada de 135 kilómetros; cifra que nada tiene que ver con lo que hasta ahora nos ofrecían los turismos de motor térmico, puesto que la autonomía tenderá a ser mayor cuanta más urbe recorramos.
La mayor sorpresa y ventaja del Altea Electric XL Ecomotive está en su espacioso maletero, nada que ver con lo que habíamos visto hasta el momento en otros eléctricos. Y es que la integración de las baterías en la base y bajo el suelo del maletero garantizan que el espacio a bordo y el espacio de carga se vean inalterados tras su adaptación eléctrica.
El maletero no ve sacrificado su espacio. En él se encuentra el cargador de las baterías
Tres modos para optimizar el consumo energético del Altea Electric XL Ecomotive
Dinámicamente son muy pocas las diferencias entre un Seat Altea eléctrico y otro con motor de combustión. La aceleración se produce de forma intensa pero no brusca, y al negociar con curvas el tamaño y el peso de las baterías parece no haber penalizado en exceso su agilidad.
Uno de los detalles que diferencia a este Seat Altea eléctrico son tres modos de conducción, que básicamente aumentan o disminuyen la retención del motor y limitan la entrega de potencia. El modo básico es el Normal, con él podemos alcanzar los 135 km/h. Un modo Eco nos permite reducir ligeramente los consumos. Por último existe un modo Range que optimiza al máximo la climatización y limita la velocidad punta del vehículo a 115 km/h para garantizarnos apurar hasta la «última gota» de las baterías y disponer de energía suficiente para llegar al siguiente punto de recarga.
Otra curiosidad es que las levas que habitualmente se encargan de pilotar el cambio DSG, en este caso se emplean para aumentar o disminuir la retención del motor a nuestro gusto. Sinceramente es una gran idea, dado que a veces el ajuste de la retención de los modos de conducción de un eléctrico no ofrecen puntos intermedios, y la sensación es que retiene mucho o retiene demasiado poco como para aprovechar la regeneración de energía.
La climatización «solar» para ahorrar energía en el Altea Electric XL Ecomotive
Las células fotovoltaicas se encuentran en el techo retráctil, que sigue siendo practicable pero opaco
Otro detalle tan peculiar como prometedor es la presencia de células fotovoltaicas en el techo. Su función es única y exclusivamente la de encargarse de refrigerar automáticamente el habitáculo sin que esto suponga un consumo extra de energía. La idea es de lo más interesante puesto que no sólo es capaz de funcionar sin nuestra presencia cuando el coche está aparcado a pleno sol, sino que también Seat ha ideado un sistema de control remoto que nos permite accionar el aire acondicionado o incluso controlar y programar los ciclos de carga de la batería, por ejemplo para adaptarse a tarifas más reducidas en horario nocturno, utilizando nuestro teléfono móvil.
Las células fotovoltaicas se encuentran instaladas sobre el techo practicable del Seat Altea XL, que por ello no cuenta con el cristal que dejaba pasar los rayos de sol, aunque su apertura y cierre automático sigue siendo posible.
Tal vez la limitación de las células fotovoltaicas sea precisamente que su precio hace que sea inviable su introducción en los primeros turismos eléctricos que están llegando al mercado. De otra forma sería la solución perfecta para la problemática del consumo energético de la climatización, especialmente en verano.
El único Altea eléctrico que conservan en Martorell, con menos de 2.000 kilómetros en el odómetro
De momento Seat no se plantea lanzar a los concesionarios el Altea Electric XL Ecomotive. Las únicas unidades que se han construido (no llegan a diez) ya están siendo probadas en flotas e instituciones de Madrid y Barcelona. La unidad que ilustra esta fotografía sigue en Martorell para seguir adelante en los tests y la puesta a punto que está llevando los ingenieros de la marca.
En Tecmovia: Seat Altea XL Electric Ecomotive y Seat Leon TwinDrive: la apuesta eléctrica de Seat