Con esto no contábamos…
Todo el día hablando de la progresiva introducción de sistemas de propulsión híbridos en el mercado, de su gradual crecimiento y su creciente cuota de participación en las ventas y al final ¿va a resultar que a los americanos no les gustan los híbridos, ni siquiera lo suficiente como para renovar su apuesta por la eficiencia adquiriendo otro híbrido después del primero?
Pues eso es, más o menos, lo que se desprende en la primera lectura de un reciente estudio llevado a cabo por R.L. Polk para compras realizadas en 2011 en los Estados Unidos. La siguiente pregunta sería por qué tiene lugar este aparente retroceso tecnológico entre un público que ya ha probado la siguiente generación de propulsores… ¿hay un problema con los híbridos o hay un problema con los datos manejados?
Antes del análisis, otro dato vital: la mayoría de los compradores de híbridos sí permanece más fiel que la media a su marca (60% Toyota, 52% Honda…) aunque su siguiente coche no sea otro híbrido. Teniendo esto en cuenta, lo primero que podemos descartar es que exista un problema técnico con el producto (lo que invitaría a cambiar de marca) sino, en todo caso, algún problema con la fórmula híbrida en concreto.
Si seguimos analizando la noticia, que ha salido en multitud de medios on-line americanos (las revistas en papel lo sacarán la semana que viene o el mes que viene, según los casos) podemos llegar fácilmente a la conclusión de que, en realidad, no debería haber motivo para la alarma, al menos mientras el dato puntual no se convierta en tendencia. Con toda probabilidad, la reducida oferta de híbridos es la responsable, mucho más que el descontento de los usuarios.
Por ejemplo, el propietario de un Prius que quiera optar por un coche más pequeño o más grande en su siguiente compra (hablamos de 2011) estaría obligado a cambiar de marca, para empezar. Pero incluso yendo a otras marcas, el abanico de opciones es ridículo, con lo que es fácil que se vea tentado por otro Toyota sin hibridar, cuya eficiencia, por otra parte, no ha hecho más que crecer. Además de evitar el indeseado cambio de marca, se ahorrará un buen puñado de dólares en el precio inicial.
En resumen, cuando la oferta de híbridos sea realmente amplia en todos los segmentos y en la mayoría de las marcas, podremos empezar a hablar de éxito o fracaso de la fórmula entre quienes ya la conocen. Mientras tanto, este tipo de estadísticas son, bajo mi humilde punto de vista, análisis sesgados sobre los que no conviene sacar excesivas conclusiones.
En cualquier caso, cuidado con las cifras desnudas.
Fuente: Autobloggreen | Greencarreports | Greencarcongress
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