El garaje de este caballero constituye la mayor representación del concepto «exceso» que puedo imaginar para un espacio que únicamente aspira a albergar coches y motos. Si además tenemos en cuenta que en su interior no hay ni un solo coche verdaderamente interesante, podríamos considerarlo (con permiso de la colección de motos) una especie de templo vacío.
El edificio se encuentra junto al lago Tahoe, en el estado norteamericano de Nevada (tenía que ser). Todo comienza con un impecablemente limpio garaje de planta baja en el que se encuentra una numerosa colección de motos sin estrenar, cuyo dueño se jacta de no haberlas arrancado jamás. El ascensor, procedente de un portaaviones, que da acceso a la planta inferior, es sin duda la pieza más llamativa del conjunto arquitectónico, valorado en más de cinco millones de dólares.
Todo comienza en una mansión a orillas del lago Tahoe, en el mismo estado norteamericano de Nevada en el que se encuentra la ciudad de Las Vegas, la cúspide universal de los excesos construida absurdamente en medio del desierto. En este caso, una enorme casa de campo cuyo garaje pretende ser el más espectacular del mundo, nos da la bienvenida.
El programa recuerda un poco al español ¿quién vive ahí? En este episodio concreto, todo consiste en que un archimillonario muestre al mundo lo archimillonario que es y las excentricidades que se le han ocurrido hacer con todo su dinero… y la verdad es que este ha conseguido gastar cantidades ingentes en este proyecto.
La idea es que su colección de motos, ubicada en un edificio al nivel del suelo, pueda ser visitada y admirada por todos sus visitantes. Todas lucen su etiqueta original con el precio y ninguna de ellas ha sido estrenada. Se trata de un coleccionista «puro», que sólo aspira a la mera tenencia de las motos pero no se plantea utilizarlas como medio de transporte. Llama la atención que parece haber muchas repetidas, y que todas las que están a la vista son Harley Davidson.
También llama la atención, aunque hay que fijarse mucho, un lamentable reloj de propaganda de Pepsi, colgado en la pared del fondo, con un enorme cable negro que baja hasta el suelo. Pero sigamos.
La razón que esgrime el propietario para la tenencia de semejante colección de motocicletas, por encima de otras consideraciones es «because chicks dig it», expresión coloquial en inglés americano que viene a significar algo como «porque a las mujeres les gusta». Una razón tan buena como cualquier otra, supongo.
Finalmente, tras desvelar un colosal ascensor con capacidad para varios coches, procedente de un portaaviones, se accede al piso inferior donde se guardan en un inmenso búnker coches como un Chevrolet Cruze, un Audi A4 Avant pasado de moda, un Mercedes Clase-S de hace un par de generaciones o un Land Rover Discovery I preparado para cruzar la Amazonia pero sin una mota de polvo ni un rasguño.
En resumen, un garaje de 5 millones de dólares perfectamente vacío.
Fuente: Youtube
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