A la hora de adquirir un vehículo es relativamente fácil valorar nuestros requisitos, analizar lo que ofrece cada modelo y determinar si su precio es el adecuado como para realizar tal inversión. En cambio, a la hora de concretar que neumático le conviene más al conductor, el cliente se enfrenta a la ausencia de parámetros objetivos y tangibles con los que establecer dicha comparativa. Para ello la Unión Europea obligará a partir del 1 de noviembre de 2012 a que todos los fabricante establezcan un sistema de Etiquetado de Neumáticos homologado.
El Etiquetado de Neumáticos que entrará en vigor establece una clasificación básica en base a tres parámetros: consumo de carburante, seguridad y ruido ambiental. Para ello se califica en una escala, del mejor la peor, de la A a la G (similar al etiquetado de eficiencia energética de los electrodomésticos) y en decibelios para el caso concreto del ruido de rodadura. Lo interesante es que la normativa europea obligará a que dicha etiqueta esté presente en todos los neumáticos para turismos y vehículos comerciales ligeros, no sólo adherido al propio neumático, sino también en la documentación técnica, en los catálogos impresos y virtuales (en internet) e incluso en la propia factura que se emite al cliente.
Tres parámetros: consumo, seguridad en mojado y ruido
La eficiencia energética, o consumo de carburante, se medirá en base a un coeficiente de resistencia a la rodadura. La diferencia entre un neumático de clase B y otro de clase G será de un 7.5% de ahorro de combustible, o en otras palabras, en términos generales un ahorro aproximado de 0.5 litros/100 kilómetros. Para la clasificación de seguridad se ha optado por una métrica sencilla: la frenada de emergencia en superficie mojada. Un neumático de clase B frenará sobre mojado en una distancia un 30% menor.
Por su parte el ruido exterior de rodadura se determina en decibelios junto a un pictograma con tres ondas marcadas para diferenciar entre un neumático más o menos ruidoso. Por el caracter logarítmico de la métrica del ruido en decibelios, 3 decibelios más pueden significar el doble de ruido.
Podría decirse que en parte este sistema de etiquetado de neumáticos nace obsoleto, o al menos las peores clasificaciones (entre la D y la G), puesto que la entrada en vigor de límites más estrictos impuestos por la Unión Europea hará que progresivamente la venta de neumáticos G, F, E y D no esté permitida en todo el entorno de la Unión.
La responsabilidad de homologar un neumático correrá a cargo del fabricante, o el importador en el caso de fabricantes fuera de la Unión. Las irregularidades en el cumplimiento de la normativa serán sancionadas con las penalizaciones que establezca cada uno de los estados miembros de la Unión Europea.
Por otro lado y para facilitar el trabajo la normativa exige la homologación por gama y voluntariamente para cada medida de neumático. Es decir, un fabricante podrá establecer una etiqueta única para toda una misma gama de neumáticos (independientemente de la medida de estos) siempre y cuando los valores que reflejen sean el peor resultado obtenido en todas las medidas.
Muchos fabricantes optarán, obviamente, por establecer una etiqueta única para cada neumático que refleje el resultado exacto en base a los parámetros que ya mencionábamos anteriormente.
En el ámbito práctico el cliente al final valora ciertos parámetros que exceden las limitaciones de un etiquetado que no cubre todos los aspectos que rodean a un neumático. El conductor busca sobre todo un neumático versátil, que le aporte seguridad (y no sólo en mojado), con una buena duración, confort y por supuesto fiabilidad.
Fuente: Michelin
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