El accidente: un conductor ebrio circulando a unos 180 km/h a los mandos de un Nissan GT-R en la ciudad de Shenzhen, China, colisiona contra un taxi modelo BYD e6 eléctrico, que se empotra contra un árbol y comienza a arder. El conductor y los dos pasajeros del vehículo eléctrico no tienen ninguna oportunidad de salir, según testigos presenciales. El vehículo forma parte de una flota de 400 taxis idénticos que circulan por la ciudad y que pretendían ser 800 antes de final de año.
La duda: aparte del drama que supone cualquier accidente de tráfico con víctimas, y más aún con una negligencia de esta dimensión, existe una pieza en el puzzle que llama la atención poderosamente, y es por qué un coche que no lleva ningún tanque de combustible comienza a arder tras un accidente, por severo que éste sea. La polémica sobre la seguridad de las baterías vuelve a abrirse.
Es obvio que no hay que hacer de un caso particular un escándalo global, pero resulta que el mes pasado un Zotye Langyue/Multipla también eléctrico y también taxi, ya había ardido espontáneamente en las calles de Hangzhou, esta vez sin víctimas pero también sin que mediase colisión alguna. Aún podría tratarse de dos casos aislados, pero el asunto empieza a oler un poco a chamusquina, sobre todo porque los precedentes del Chevrolet Volt en EE.UU. y alguna duda vertida sobre el Fisker Karma no hacen sino echar más leña al fuego.
De momento, no se conocen más detalles sobre los accidentes en China y tal vez no se conozcan nunca, pero una cosa parece clara: las baterías contienen elementos químicos que, combinados de la peor forma, pueden dar lugar a reacciones exotérmicas en cadena que se retroalimentan hasta generar llama. Si están bien construidas y convenientemente reforzadas (como lo están los tanques de gasolina en coches convencionales) deberían ser totalmente seguras, pero casos como estos no terminan de ayudar precisamente a expandir esta idea.
Probablemente siempre se trate de casos muy extremos, pero más vale que esta grieta (hasta ahora pequeña) en la línea de flotación del automóvil eléctrico no se haga más grande hasta convertirse en una vía de agua. Si ya es difícil convencer al común de los mortales de que se compre un coche a baterías, todavía lo sería más si empiezan a circular leyendas negras al respecto de su seguridad.
Especialmente si son historias reales, claro.
Fuente: Green Car Congress | China Auto Web | China Auto Web II
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