El fabricante japonés acaba de hacer pública una situación que además afecta a más de un fabricante compatriota. Las exportaciones de vehículos a EE.UU. están provocando que el beneficio de sus posteriores ventas desaparezca por el camino, más aún en el caso de los vehículos híbridos y eléctricos, que por sus altos costes de desarrollo y producción focalizan la práctica totalidad de la producción de componentes en suelo japonés.
Esta situación está motivando que Honda, en este preciso caso, esté trabajando contrarreloj para poder trasladar parte de su fabricación a suelo norteamericano, no solo en lo referente a vehículos, sino también a las industrias auxiliares como podrían ser las factorías encargadas de producir las baterías de Litio de sus eléctricos. Este singular hecho se está produciendo por la fortaleza que está demostrando el yen frente al dóllar, que en definitiva se traduce en un menor valor de los beneficios que Honda retorna del exterior.
Tal es la envergadura de esta situación, que la firma japonesa habla de manera rotunda sobre el nulo beneficio que aportan sus exportaciones a Norteamérica. Por ello, y para evitar una desaparición de la marca en los segmentos, acompañada de una desbandada de los clientes, la solución menos hiriente para la firma ha sido mantenerse en un nivel mínimo de envíos hacia a los EE.UU. Las versiones de los modelos se reducirán de manera drástica, haciendo todo lo posible para seguir compitiendo en los segmentos, aunque no con todas las opciones disponibles.
Los distribuidores en el otro lado del charco hablan de una decreciente oferta que les gustaría cambiar. La demanda de vehículos más eficientes existe, por lo que la oferta es el único problema. De hecho, los modelos con mayor demanda en estos momentos son el Honda Fit, Honda Jazz en Europa, y el Honda CR-Z, los cuales están cosechando una gran acogida en suelo nipón y fuera de éste gracias a su notable mejora de los consumos. Sin embargo hasta que la producción no sea local, en Norteamérica deberán seguir recibiendo con cuentagotas ambos modelos.
Como ya hemos apuntado en un principio no solo Honda sufre esta situación, Toyota y Nissan ya han llevado a cabo arriesgados planes de externalización de la producción para paliar la pérdida de beneficios. Un paso que se hace más necesario dado el boom que están desarrollando híbridos y eléctricos a nivel global, una demanda que se satisface en la actualidad con la producción desde Japón. Honda confía en que la apertura de sus nuevas factorías transforme esta situación por completo, pudiendo volver a despuntar en uno de los mercados más importantes para la compañía.
Fuente: Automotive News
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