Ford acaba de presentar una nueva apuesta en el camino hacia la conducción autónoma, un nuevo sistema que nos permitirá aliviar la incomodidad que se desprende de la circulación entre vías saturadas de vehículos y atascos. Ford Traffic Jam Assist nos traslada un peldaño más cerca de la conducción plenamente autónoma, aunque sí es cierto que como la propia marca apunta, este paso a día de hoy sigue requiriendo un escenario y condiciones muy concretas para el correcto funcionamiento de la herramienta.
Las retenciones de tráfico son para todos los conductores una de las peores escenas al volante. La desesperación y frustración de recorrer pocos metros cada largo tiempo nos pasa factura al poco tiempo de sufrir una situación de congestión. Según Ford, esta nueva herramienta nos aliviá del cambio constante entre parada y arranque, para pasar a ser un mero espectador dentro de nuestro vehículo mientras dure la retención a nuestro alrededor. Una manera que además de promover comodidad, pretende añadir seguridad al evitar que el estrés ante la situación afecte a nuestra conducta al volante.
Cámaras, sensores, radares… todos trabajando al unísono
La idea que persigue Ford con este nuevo sistema, es elevar a un solo ente el funcionamiento de todos los sistemas: sensores de aparcamiento, detector de cambio de carril involuntario, cámara de aparcamiento trasera… para que, analizando la información obtenida por todos y cada uno de ellos, establezcamos un perímetro de seguridad por el cual, el vehículo es capaz de mantenerse alerta ante cualquier incidencia, siendo capaz de conservar las distancias con otros usuarios de la vía y actuar por sí solo sin la intervención del conductor.
El funcionamiento del sistema parte de una necesaria recopilación de datos de todas las herramientas citadas con anterioridad, así el vehículo sabe lo que está pasando en su entorno y es capaz de evaluar y actuar en consideración. Centrándonos en el campo de ejecución de este sistema, los atascos, el vehículo será capaz de emplear todos los sensores disponibles para que la acción de parada y arranque se realice de manera automática sin intervención del conductor.
De este modo el vehículo mantendrá la distancia necesaria respecto al vehículo anterior y posterior, pero añadiendo la acción permanente de análisis de todo el entorno. Así, la herramienta promete evitar algún que otro susto protagonizado por otro vehículo que se incorpore a nuestro carril de manera rápida y sin previo aviso. Esta detección será posible gracias a los sensores delanteros de aparcamiento y la cámara de visión delantera, tecnologías ya disponibles en otros modelos de Ford.
Una tecnología en desarrollo, pero posible en poco tiempo
Una de las características necesarias, resulta obvia pero obligada comentarla, es el hecho de que este sistema necesita de una transmisión automática para su funcionamiento, en este caso la caja de doble embrague PowerShift. Gracias al uso de una transmisión de este tipo, la transición entre la parada y el arranque se realiza de manera imperceptible para el conductor. Aunque en todo momento el conductor podrá tomar el control del vehículo con solo accionar alguno de los pedales.
Una vez el atasco comience a transformarse en una situación más corriente de circulación, el sistema detectará que ya no es necesario el uso del Traffic Jam Assist, por lo que en ese momento se alertará al conductor para que éste vuelva a tomar por completo el control del vehículo.
Bajo este asistente para los atascos, Ford nos enseña como su investigación en la comunicación entre las distintas tecnologías está sufriendo permanentes evoluciones para poder llegar al mercado con nuevas posibilidades. Una de esta nuevas características que están tratando, habla sobre la función de aparcar en un hueco que sea perpendicular a la marcha que llevamos. Aunque todavía se trata de un objeto de investigación y una función que llegue pronto a las cadenas de montaje.
¿El fin de la conducción convencional?
A grandes rasgos parece que estamos ante otro sistema de control de crucero adaptativo en su siguiente evolución. Cadillac nos presentó hace pocos meses su propia forma de llevar a cabo esta unificación de sistemas de alerta bajo la denominación Super Cruise y la coletilla de tratarla como una conducción semiautónoma. Aún así marcas como Audi, Mercedes, BMW, Infiniti ya ofrecen este tipo de tecnologías interrelacionadas para poder mantener una velocidad constante con el vehículo precedente, dejando al conductor la única tarea de mantener el vehículo dentro de las líneas que limitan el carril.
¿Es demasiada asistencia a la conducción la que se plantea? pues parece ser que el objetivo de todos los fabricantes es convertir las plazas delanteras en dos asientos de copiloto, solo que uno seguirá incorporando volante y pedales, por ahora. Acierto o no, en este preciso caso en relación con la circulación a través de retenciones hablamos sobre una comodidad muy alta, prácticamente invita a relajarse y tomarse un tentempié al volante según se muestra en el vídeo.
El problema de fondo, y aunque parezca querer ser demasiado crítico con esta evolución en la conducción, es que en cierto modo se promueve el confiar en exceso en el buen hacer de la tecnología una vez nos sentemos en nuestro asiento de «conductor». Sin pretender caer en la exageración, creo entender que el hecho de querer asistir al conductor en tantas decisiones puede provocar un efecto de completa indiferencia una vez estos sistemas comiencen su funcionamiento autónomo. Provocando así que, una vez llegue el momento donde el sistema requiera de la actuación humana, el conductor no esté prestando ningún tipo de atención al vehículo o a la carretera.
Fuente: Ford
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