¿Qué sucede cuando en una ciudad se produce una altísima concentración de coches enchufables a la red?¿Qué sucede cuando todas las casas de un barrio están construidas con los más altos estándares de ahorro energético y paneles solares en cada tejado? ¿Puede un parque móvil eléctrico funcionar sostenidamente con energía solar? Bueno, podemos esperar a que suceda o podemos hacer que suceda para averiguarlo.
Los responsables del Proyecto Pecan Street Smart Grid han decidido construir una pequeña comunidad junto a la ciudad de Austin, en el estado norteamericano de Texas en vez de sentarse a esperar. La idea es comprobar el funcionamiento de la red eléctrica y los cargadores, el ahorro real de los vehículos eléctricos, su autonomía utilizable y modos de uso real, así como la sobrecarga o descarga para la red eléctrica que todo ello implica. El proyecto es un silencioso barrio de viviendas unifamiliares y aire limpio en el que vivirán hasta 4.900 familias. Ya funciona.
Esta especie de experimento «en real», construido sobre los terrenos del antiguo aeropuerto de Mueller, ha sido promovido con la ayuda de una organización sin ánimo de lucro llamada Pecan Street y la financiación del departamento de energía norteamericano (10,4M$) que se suman a otros 14M$ aportados por otros colaboradores. Con estos fondos, se financia la instalación eléctrica en la que las casas pueden autoabastecerse mediante paneles solares (vendiendo a la red la energía sobrante) y también permite incrementar sustancialmente la ayuda estatal para adquirir un coche eléctrico o híbrido enchufable para sus habitantes.
La adopción masiva de vehículos eléctricos supondría el mayor impacto sobre las redes eléctricas desde la popularización del aire acondicionado, así que conviene estar preparados y saber con antelación cómo se puede gestionar esta demanda adicional de electrones. Averiguarlo y comprobarlo es el objetivo principal del proyecto, si bien hablamos de un barrio perfectamente funcional y habitable a cualquier plazo, ni mucho menos de un experimento efímero sobre un decorado.
Obviamente, el otro gran objetivo es averiguar hasta qué punto puede un coche eléctrico moverse con energía solar en circunstancias normales. Esto permitiría decir, verdaderamente, que el vehículo eléctrico alcanza la cima de la sostenibilidad, al no emitir ni un solo gramo de CO2 a la atmósfera ni para desplazarse ni para recargarse. Una especie de círculo virtuoso ecológico.
En un intento de extender el experimento a todas las áreas vitales de sostenibilidad, los edificios están construidos con abundante material reciclado, y existe un circuito de reutilización de aguas grises para riego, extensivo a todas las viviendas así como todo tipo de tecnologías para la dosificación y aprovechamiento de los recursos hídricos. Los alrededores verdes y arbolados, forman parte del proyecto como capturadores de CO2
Centrándonos en el apartado automovilístico, los habitantes del barrio tienen acceso a la ayuda estatal de 7.500$ (como cualquier otro ciudadano) a la que se suman otros 7.500$ por vivir en Mueller, con lo que la adquisición de un Leaf o un Volt (los vehículos preferidos) se vuelve mucho más asequible. De eso se trata.
Como nota curiosa, en un rincón de la web de Pecan Street, la fundación hace una defensa a ultranza del Chevrolet Volt, argumentando una inmejorable colaboración de la marca con el proyecto desde el primer momento, y su interés desmedido por la evolución del barrio, traducido en llamadas quincenales de los responsables de la compañía. Mientras tanto, siempre según la web de los promotores del proyecto, Nissan «pasa» del tema. Huele a clásico patriotismo, quien sabe.
No han trascendido, de momento, conclusiones sobre el experimento, más allá de que la autonomía energética de las casas a partir de la energía solar es muy elevada y que los paneles orientados hacia el oeste están consiguiendo sorprendentes cotas de generación, muy por encima de las expectativas (suelen orientarse hacia el sur siempre).
Conviene también recordar que el estado de Texas es un lugar semidesértico en el que la intensa radiación solar es el fenómeno meteorológico más abundante. Esto significa que los resultados de la prueba no podrían ser directamente extrapolados a, digamos, Noruega.
Tal vez sí a Almería.
Fuente: Translogic | Pecanstreet
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