El fabricante sueco, ejem, de corazón sueco pero de capital chino para ser más exactos, se ha convertido en una de las marcas que mayor interés y recursos está destinando a la evolución de los sistemas de asistencia a la conducción, una inversión cuya meta reside en la adopción de la conducción autónoma pura y dura, y que en su planteamiento y ejecución pretende aliviar al conductor y a los pasajeros del vehículo de todas las maniobras y situaciones inesperadas que pueden llegar a producirse, bien por falta de atención, bien por falta de reacción.
En esta carrera de fondo donde Volvo se postula como fabricante a la cabeza, su incursión dentro de estas nuevas tecnologías íntimamente relacionadas con la seguridad, se dio a conocer con la llegada del sistema City Safety en Julio de 2010, el cual se basa en un radar capaz de detectar un obstáculo por delante del morro de nuestro vehículo, evaluando el riesgo de colisión con éste. Si el conductor no realiza ningún tipo de maniobra evasiva o pisa el freno para evitar el choque, el sistema se encarga de frenar el vehículo para evitar la colisión con el objeto. Así es como empezó todo en este apuesta tecnológica firmada por Volvo.
Conducción autónoma en situaciones de atasco
El escenario de las congestiones de tráfico parece que será el primer gran salto hacia la conducción autónoma. Los motivos son varios, aunque resaltan la baja velocidad de los vehículo implicados y una casi nula posibilidad de aparición de situaciones adversas más allá de bruscos cambios de carril de otros usuarios. El factor de estar obligatoriamente atrapados en un convoy de coches a baja velocidad es el escenario ideal para que la conducción autónoma nos ayude a relajarnos y a olvidarnos de esta situación puntual.
La cámara de visión delantera y sensores del radar ayudarán al sistema gobernar el vehículo de manera automática a bajas velocidades. Un punto a favor de esta tecnología de Volvo que sobresale sobre el resto de fabricantes es su aplicación sobre el volante ya que, además de acelerador, frenos, transmisión y motor, la dirección también podrá ser gobernada para evitar obstáculos en la carretera o pequeñas variaciones de la calzada mientras salimos de la congestión.
Este factor añadido con relación al uso de la dirección hace más fácil todavía poder relajarse en estas circunstancias, ya que hasta que la velocidad de circulación no sobrepase cierto límite, el sistema será capaz de seguir al vehículo precedente cual sombra. Con solo pisar el freno en cualquier instante, el conductor recupera el control completo sobre el vehículo.
Frenada automática en intersecciones
Quizá la más útil de las nuevas tecnologías presentadas por la implicación de situaciones muy comunes y fácilmente reproducibles en cualquier ámbito urbano. En este caso, son los cruces y las intersecciones reguladas por semáforos los escenarios más lógicos para que se produzca una colisión entre vehículos.
La típica situación donde se efectúa un cambio de dirección cuando nuestro semáforo se acaba de poner en ámbar, nos traslada a un tiempo muerto durante la maniobra que puede desembocar en una colisión con otro vehículo que se apresure más de la cuenta a que su semáforo se ponga en verde. Este acto es el más típico hoy en día, con solo mirar por nuestra venta podremos empezar a contar cuantas veces se realizan este tipo de acciones para apurar al máximo el tiempo de luz verde.
El sistema de Volvo, mediante una zona de 80 metros por delante del vehículo, es capaz de reconocer cualquier intromisión dentro del campo de evaluación del radar. De este modo, al indicar con el intermitente nuestro sentido de giro, si dentro del campo de visión del radar se interpone cualquier vehículo, el coche se detendrá de manera rápida para evitar la colisión.
Detección de colisión con animales salvajes
Un sistema de utilidad más aislada, pero igualmente reseñable por tratarse de un tipo de colisión muy extendida en aquellas carreteras que transcurren a través de parajes y reservas donde en cualquier momento se nos puede aparecer un animal de cierta envergadura que provoque un accidente fatal.
La marca habla de ejemplos en países como Canadá y Suecia donde en 2010 se registraron 40.000 y 47.000 colisiones con animales respectivamente. La aplicación del sistema se basa en la tecnología de detección de peatones a bajas velocidades, solo que en este caso el rango de detección se eleva hasta los 30 metros por delante del vehículo y enfatiza su utilidad tanto de día como de noche.
Un dato que revela Volvo como vital en esta tecnología es conseguir reducir la velocidad en el momento de la detección hasta los 80 Km/h, velocidad en la cual es más probable que todos los sistemas de seguridad activa funcionen correctamente y puedan evitar con total garantía la colisión con el animal. Esta tecnología es la que todavía necesita de más campo de maduración debido a la complejidad para el reconocimiento de los animales y un tiempo de respuesta lo suficientemente rápido para evitar el choque, más si cabe sabiendo que el grueso de las colisiones se producen en condiciones nocturnas y de falta de visibilidad.
Asistencias para un conductor cada vez más secundario
Los avances de Volvo en los tres apartados nos hacen imaginar un futuro con cada vez menos colisiones y alcances que nunca. Especial importancia es la que recoge la conducción autónoma a través de las congestiones de tráfico, cada vez más presentes en las grandes urbes. La ayuda automática de estos sistemas en las citadas situaciones nos aliviarán del estrés de tener que estar pendientes de arrancar y frenar infinidad de veces para recorrer escasos metros.
Salvaguardando las bondades que muestran estos avances, una vez más no puedo evitar mostrarme reticente a la aplicación de este tipo de tecnologías que vuelven al conductor más inútil al dejar hacer siempre a la tecnología. Como muchas veces me planteo ante estas tecnologías, y habiendo probado la funcionalidad de alguna que otra, creo entender que a veces confundimos la asistencia con la sustitución, y esto puedo implicar que el conductor pierda esa agudeza necesaria para no tener que necesitar, en cada vez mayor medida, el recurrir a estos sistemas para que la conducción siga siendo segura.
Fuente: Volvo
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