Según las pruebas realizadas por Teknikens Värld y a la luz del vídeo que han publicado y que podéis ver más abajo, el Jeep Grand Cherokee Overland 3.0 CRD V6 no ha superado con éxito la famosa prueba de maniobra evasiva, conocida como elk-test o prueba del alce. Esta imagen, que sin duda dará la vuelta al mundo, podría suponer un problema muy serio para la marca, como sucedió en 1997 con el Mercedes Clase A de primera generación.
En este caso el Grand Cherokee no llega a volcar, pero es evidente que está a punto de hacerlo y el piloto lo evita en el último momento. La respuesta de Jeep dice que la prueba se hizo con el coche cargado por encima del máximo admisible (los probadores lo niegan tajantemente y dan datos al respecto) lo que invalidaría totalmente sus resultados. Sea cual fuere el peso del coche en la primera prueba, las sucesivas repeticiones con diferentes unidades del mismo modelo y con la supervisión en directo de los ingenieros de la marca arrojan resultados ciertamente preocupantes.
Dentro vídeo…
La historia completa viene a ser algo así: la primera prueba está a punto de volcar el vehículo. La revista se pone en contacto con la marca en busca de una respuesta. Jeep niega la validez de los resultados y acusa a Teknikens Värld de sobrecargar el vehículo, enviando a sus propios técnicos para intentar reproducir el mismo resultado en sucesivos tests. En los siguientes intentos el amago de vuelco no llega a ser tan pronunciado en ningún caso, con lo que Jeep considera zanjado el asunto.
El problema es que en las sucesivas tomas en las que, efectivamente, no se llegan a elevar las ruedas de forma tan exagerada como en el primer caso, sí se observa un comportamiento violento del vehículo y se llega a reventar hasta en siete ocasiones (seis de ellas salen en el vídeo) la rueda delantera izquierda del Jeep. No vuelca, pero tampoco convence demasiado la seguridad del coche. La altura del centro de gravedad está sin duda en el origen del problema, pero otros vehículos similares superan esta misma prueba sin problemas.
Esta famosa prueba nació con la idea de simular la irrupción de un animal salvaje en la carretera (un alce) como los que causan un gran número de accidentes en las carreteras suecas cada año. La esquiva tiene lugar a 70 km/h de velocidad constante, con el coche cargado por debajo del límite oficial y en configuración estándar. En este caso, la suspensión neumática se encuentra en posición «Auto» y todo es de serie incluyendo llantas y neumáticos. Cabe destacar que el control electrónico de estabilidad (ESP) y el sistema de protección antivuelco permanecen activos en todo momento, tal como sucedería en circunstancias de uso normal del coche.
Hasta la fecha, aparte de negar la validez de la primera prueba con el argumento del posible sobrepeso, Jeep no ha dado explicaciones sobre el sistemático reventón de la rueda que sufre más esfuerzo en las pruebas realizadas delante de sus propios técnicos con varios vehículos idénticos al primero. Como mínimo, no se entiende que los sistemas electrónicos de seguridad activa no puedan hacer nada más en un clásico volantazo sobra asfalto horizontal y seco.
Jeep, tenemos un problema.
Fuente: Carscoop | Teknikens Väld
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