Conseguir un compromiso entre firmeza y confort cuando hablamos de suspensión se trata de una labor de difícil resultado sin recurrir a caros sistemas magnetoreológicos. La suspensiones neumáticas ofrecen un gran abanico de posibilidades, pero el confort, el tacto artificial y un complejo diseño técnico son aspectos muy destacados de esta elección. Por este motivo Abarth ha decidido recurrir al fabricante Koni para instalar en su gama una amortiguación capaz de adecuarse a las irregularidades sin necesitar de complicados y caros sistemas de control.
¿Qué nos aporta la amortiguación de frecuencua selectiva?
El grueso de la importancia de este sistema de dureza autorregulable recae en una válvula limitadora que recibe el nombre de FSD. Gracias a esta válvula el amortiguador por sí solo es capaz de regular su dureza mediante la absorción de las irregularidas. De este modo, mediante la incidencia de distintas frecuencias, el amortiguador será capaz de mantener su dureza para favorecer la estabilidad, o por el contrario amortiguar en mayor medida para incrementar el confort.
Koni FSD: estabilidad y confort en un mismo sistema
¿Cómo funciona el sistema?
Como ya hemos mencionado la clave reside en la válvula limitadora FSD. Este elemento se encarga de soportar las vibraciones de la calzada transmitidas al amortiguador. Su función consiste en limitar el flujo de aceite dentro del amortiguador para así ofrecer un comportamiento u otro. La clave de su posibilidad de regulación consiste en que dicha válvula es capaz de ofrecer un flujo variable del aceite contenido, por lo que a medida que la vibración aumente por motivo del bacheado, el paso de aceite aumentará con el consiguiente beneficio para el confort.
El trabajo en el plano teórico resulta fácil de comprender ya que tan solo se controla el paso de aceite. Los baches y deformaciones de la calzada crean una frecuencia que es absorbida por la espiga del amortiguador, a medida que esta frecuencia aumente, la válvula concederá una menor restricción al paso de aceite por lo que el grado de dureza se verá disminuido drásticamente. Una vez el firme vuelva a arrojar bajas frecuencias, la dureza de la amortiguación se incrementará para aumentar la estabilidad y agarre.
¿Qué podemos encontrar en la competencia?
Si nos ceñimos al concepto de equilibrio entre confort y estabilidad rápidamente tenemos que fijar nuestros ojos en deportivos y berlinas de carácter premium. Aquí, las suspensiones regulables mediante un fluido que altera sus propiedades cuando recibe una determinada intensidad de corriente (magnetoreológicas), son un extra caro pero de los más efectivos a la hora de buscar lo mejor de dos mundos opuestos entre sí. Por otro lado, en reglas generales la estabilidad siempre compromete el confort, por lo que la mayoría de acabados deportivos suelen recurrir a sistemas donde o bien seleccionas un comportamiento u otro a través de la regulaciones del chasis, ya sean electrónicas o manuales.
Fuente: Abarth
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