Las grandes ciudades del mundo se han convertido en los últimos 30 años en una especie de estado transversal del planeta. Algunos de los problemas de las urbes de norteamérica no son tan diferentes de los que se plantean en las megápolis asiáticas o en las grandes capitales europeas.
La congestión del tráfico, la eficiencia y financiación del transporte público, las alternativas a la movilidad urbana e incluso cuestiones tan prosaicas como la convivencia entre ciclistas y peatones son temas de actualidad que afectan a la mayor parte de las grandes ciudades del planeta. Por ello en todas las partes del mundo hay una preocupación similar en torno a la forma en la que haremos las ciudades operativas y habitables en el futuro. Desde el 30 de Junio, un gran proyecto abierto para la definición de la movilidad futura se desarrolla en Toronto bajo el nombre de “MOVE: The transportation Expo”.
A partir de cinco grandes bloques temáticos, el proyecto plantea un gran debate mediante grupos de trabajo en los que definir las líneas maestras de las soluciones a la movilidad en la ciudad de Toronto, cuya media de 90 minutos en los desplazamientos de casa al trabajo está entre las peores del mundo.
Bloques temáticos de MOVE
Desde mi punto de vista los cinco puntos que plantea MOVE son aplicables a cualquier ciudad de cierta envergadura europea, y por eso he decidido dedicarles un poco de atención.
Energía, Usos del suelo, Infraestructuras, Salud y Medio Ambiente componen el discurso de la exposición, que pretende abarcar todos los aspectos directos e indirectos relacionados con la movilidad en las grandes ciudades. Por eso además del inevitable asunto de la sostenibilidad energética creo que vale la pena dedicar unas líneas a otros temas menos visibles pero igualmente importantes como los Usos del Suelo y el impacto de la movilidad en la Salud.
El apartado Energía en MOVE está destinado a estudiar dos diferentes aspectos de la estrategia energética en el transporte. Por un lado el más conocido campo que implica la necesidad de rediseñar el automóvil para el transporte futuro, liberándolo de muchas servidumbres y tópicos que lo han convertido en poco eficiente y operativo en las ciudades. Pero por otro lado se desarrolla un tema muy interesante al que se suele prestar poca atención, que es el del impacto energético de la construcción de carreteras. Las grandes infraestructuras viarias suelen ser, por ahora, elementos inertes de la estrategia energética, meros escenarios en los que tienen lugar los desplazamientos. Pero seguramente un nuevo enfoque permitiría convertirlas en grandes protagonistas de la reducción de emisiones y al tiempo de la generación de energía mediante renovables. Con la debida investigación y economía de escala, las cualidades físicas del tráfico rodado (fricción, desplazamiento del viento, peso…) podrían convertir a las autovías e infraestructuras del tráfico rodado en grandes mecanismos de recuperación de energía y generación de energía limpia.
Usos del suelo y movilidad
El muy interesante aspecto de los Usos del Suelo está desarrollado en torno a la dramática dispersión del hábitat urbano que en Norteamérica (pero también en alguna medida en Europa), ha desplazado a muchas familias con bajos ingresos a los extrarradios de las ciudades, incrementando por tanto el coste del transporte respecto al total de los gastos familiares, llegando hasta el 30%.
, y estos se encuentran cada vez más alejados del centro. Escasos ingresos y una débil red de transporte público son una mezcla que conduce inevitablemente a la segregación, algo de lo que ya hablamos la semana pasada al hilo del proyecto Renault Mobiliz. Los vectores de este bloque giran en torno a la integración del transporte público en las zonas de la periferia de modo que se haga accesible a un mayor número de personas y también acerca del rediseño de la red pública a partir de grandes nodos de transporte que aglutinen usos y desactiven la tendencia al empleo excesivo del automóvil.
Movilidad y salud, enemigos invisibles
Por último, el impacto de la movilidad en la salud no es un asunto baladí y rara vez se le presta atención. MOVE aborda el campo del impacto de la movilidad en la salud desde dos enfoques. El primero es el de la incorporación del “transporte activo” entre la población. Al facilitar a los ciudadanos los desplazamientos a pie o en bicicleta, en lugar de estrechar las opciones hasta que el coche sea la única alternativa se consiguen dos cosas: Por un lado los ciudadanos hacen un ejercicio que generalmente tendrá un efecto positivo en su salud, y como consecuencia en la vida de la ciudad. Y por otro lado por cada coche que se retira de la calle se reducen las emisiones de CO2 y otros gases al aire que respiramos (unos 2000 kg de CO2/año), lo cual es también beneficioso para la salud colectiva. Este último aspecto fue recientemente cuantificado por estudios relacionados con el programa TAPAS sobre polución en el aire por el transporte, particularmente en el caso de Barcelona. Estos estudios determinaban, por un lado, el ahorro económico que el uso de la bicicleta trasladaba a los servicios públicos de salud al evitar determinados tratamientos.
Y por otro, se consideraba que el programa “bicing”, salvaba 12 vidas al año al mejorar la salud de los usuarios y reducir en 9 toneladas las emisiones de CO2 en la ciudad.
El segundo de los aspectos relacionados con la salud y al que rara vez prestamos atención al hablar de movilidad es de la incorporación de los ciudadanos más ancianos a una movilidad sostenible en las ciudades. Para un anciano, cuando ir en bicicleta por la ciudad implica demasiados riesgos y la capacidad de desplazarse a pie se ha reducido, la ciudad se transforma en un universo lleno de obstáculos, especialmente si uno vive en la periferia. Por tanto MOVE se plantea también cómo mejorar y estrechar las redes de transporte “amigable” con la Tercera Edad, y cómo hacer sus entornos “vivibles”.
MOVE es en realidad un proyecto que podría aplicarse a cualquier ciudad europea. Cuando las normativas en algunas ciudades españolas apenas aciertan a acompasar (a menudo más bien a complicar aún más…) las necesidades de peatones, ciclistas y automovilistas en las ciudades.
MOVE: The transportation expo estará activo en Toronto hasta el 28 de octubre.
Fuente: MOVE: The transportation expo | Evergreen | TAPAS Program | The health risks and benefits of cycling on urban environmens | When bad guys ride bikes
Fotos: Urban Strategies Inc.
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