Parece que el bioetanol se ha convertido en la poción mágica para las preparaciones de infarto y algún que otro superdeportivo. El último en recurrir a este combustible es un Porsche, un Porsche 911, de la generación 997, al que el preparador Switzer ha decidido preparar hasta el extremo, consiguiendo extraer de su mecánica 900 caballos, pero al mismo tiempo ser eficiente admitiendo en su depósito bioetanol.
Siguiendo el ejemplo del Ferrari FF propuesto por la firma noruega Customized, con una preparación sobre el shooting brake que lo elevaba desde los 660 caballos a los 887 pasando a usar bioetanol como combustible y dejando sus emisiones de CO2 100 g/km, el Porsche 911 turbo pasa a desarrollar de los 480 caballos originales, 912 caballos gracias al bioetanol, reduciendo además las emisiones.
Bajo el nombre de Switzer F900 flex-fuel, Switzer presenta a este 911 fruto de un encargo de un cliente de Ohio que además de la potencia extra ha buscado la adaptación a este combustible. Exteriormente pocos cambios difieren respecto a un Porsche 911 (997) original más allá de los vinilos que nos recuerdan que estamos ante una unidad preparada por Switzer, preparador que en otras ocasiones ya nos ha mostrado de lo que es capaz con el bioetanol al alzar a un Nissan GT-R también hasta los 900 caballos.
Pero si exteriormente, más allá de los vinilos que pueblan su carrocería no encontrábamos grandes cambios, alrededor de su bloque bóxer encontramos un buen número de cambios con un nuevo sistema de admisión, dos turbocompresores, intercoolers y sistema de escape nuevo y por supuesto la adaptación al bioetanol e85, combustible formado por un 85% de etanol y un 15% de gasolina.
Switzer no ha especificado los niveles de consumo y emisiones que declara ahora este Porsche 911 Turbo, pero es de suponer que conservará un consumo de unos 11-12 l/100 km rebajando sus emisiones de CO2 desde los 272 g/km a cerca de los 100 g/km. Por supuesto, a pesar de ser este Porsche un caso bastante específico, no podemos olvidarnos de la problemática del bioetanol y los más de 128 millones de toneladas de maiz que se emplean para generar este combustible en Estados Unidos, cantidad que ya gana a la empleada en el engorde animal y cuya demanda supone un aumento directo de los precios de los alimentos.
Fuente: Groen7| WCF
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