Suiza es la cuna de la compañía responsable del nacimiento y desarrollo del prototipo bautizado como Acabion, que ofrece una visión futurista y un tanto arriesgada, aunque debidamente argumentada, de cómo pretenden que sea la movilidad del futuro, una nueva forma de entender el transporte que promete revolucionar la forma en la que nos movemos con el automóvil.
Se trata en concreto de un novedoso planteamiento, que consistiría en un nuevo sistema de carreteras elevadas, por las que los automóviles circularían a velocidades comprendidas entre 300 km/h y los 600 km/h.
Las carreteas estarían completamente automatizadas, evitando así la responsabilidad del conductor a la hora de la conducción, por lo que se puede completamente garantizar la seguridad de los ocupantes, ya que no se vería comprometida por las altas velocidades.
Las vías incorporarían también un sistema de levitación electromagnética muy similares a lo que ya se utilizan en algunos trenes de alta velocidad, mediante el uso del electroimanes los vehículos irían como en suspensión, y cuyo funcionamiento sería clave para alcanzar altas velocidades sin perder la estabilidad, garantizando, además, una alta eficiencia energética.
Y es que, la eficiencia energética, el respeto por el medio ambiente, y la apuesta por los sistemas de propulsión ecológicos, son unas de las claves del proyecto Acabion, que en última instancia pretende que el funcionamiento de estas carreteras del futuro se produzca íntegramente con energía solar, aumentando así la autonomía de los vehículos eléctricos.
Planteamiento Futuro
Los ingenieros suizos han planeado un desarrollo gradual dividido en tres etapas:
–La primera fase, que comenzaría en 2015, con la construcción de pequeños tramos de carretera elevada para cubrir distancias cortas, la eficiencia del vehículo será mucho mayor que otros eléctricos, incluso desde bajas velocidades. De hecho ya están trabajando en los primeros prototipos.
–La segunda fase, allá por el año 2050, comenzaría con el desarrollo de tramos medios y largos, formando un entramado similar al del as vías de asfalto de hoy en día, dónde las infraestructuras serán elevadas y automatizadas. Dónde el vehículo, mediante el electromagnetismo, se desplazará a 300 km/h, aunque se prevé incrementar la velocidad a 600 km/h. Cabe señalar, no obstante, que se mantendrán las vías tradicionales para los que serán anticuados coches eléctricos. Será posible llegar de Zúrich a Hamburgo en una hora, o de Fráncfort a Madrid en cuatro. La energía solar se captará en lugares soleados de España, Arizona, el centro de la India, el norte de África y Oriente Medio, y la electricidad se pasará directamente de la infraestructura al vehículo. Las baterías sólo se emplearán para tareas auxiliares.
-Posteriormente, en una tercera fase, prevista para 2100, donde se instalarían túneles intercontinentales, también bajo el mar, donde los vehículos se desplazarán a altísimas velocidades. No será necesario crear tubos de grandes diámetros como ocurre con el transporte colectivo, ya que los vehículos de medida individual podrán circular de forma constante, aprovechando al máximo la infraestructura. Funcionando con una mezcla de electromagnetismo y succión, estos tubos permitirían a los vehículos viajar a una velocidad de hasta 20.000 km/h, lo que permitiría a los viajeros cubrir la distancia entre Nueva York y París en tan solo treinta minutos.
En Acabion parecen muy convencidos con la viabilidad de este proyecto, y es que para crear el fúturo antes hay que diseñarlo, ¿pero que sucede con los futuros vehiculos que viajarán por estas superautopistas? ¿ya estan diseñados? ¿como resulven el reto tecnologico de viajar a altas velocidades? completaremos este tema en unos dias.
Fuente: Acabion
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