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Movilidad creativa: del «Car Pooling» al alquiler privado

La movilidad está de moda. Incluso en una difícil situación económica como la actual (o precisamente por eso), las investigaciones e iniciativas que ofrecen alternativa a la tradicional fórmula de posesión y uso del coche privado son cada vez mas. Al uso de los transportes públicos se va sumando poco a poco una red de plataformas de “Car Sharing” (alquiler de coches por uso) con diferentes peculiaridades que se va haciendo habitual en nuestras ciudades. Al mismo tiempo los fabricantes de coches reorientan parte de sus sectores de negocio tratando de no perder la delantera en este mismo sector, como comentaba hace unos meses en esta misma web.

Sin embargo no todas las alternativas a la movilidad parten de la disposición de una flota de coches de alquiler, ni su uso está limitado a las ciudades ni a la creación de una infraestructura compleja que requiera un gran mantenimiento. Gracias a las nuevas tecnologías y al Internet móvil diversas empresas se han lanzado a ofrecer algo distinto.

Se trata de una “movilidad creativa” y en cierto modo mucho más “social” que cualquier otra alternativa

Más que servicios, se trataría de portales o redes sociales destinadas a la movilidad basados en dos principios básicos: la interconexión entre usuarios para “compartir sus desplazamientos” y la inmediatez del acceso al servicio vía smartphone o Internet. Se trata de una “movilidad creativa” y en cierto modo mucho más “social” que cualquier otra alternativa, al estar basada precisamente en la interconexión de usuarios que comparten trayectos, intereses y costes. Y que, al mismo tiempo, ahorran al planeta consumo de combustibles fósiles y emisiones de CO2.

Movilidad creativa: compartir es ganar

En los últimos años un buen número de servicios y empresas han surgido en torno al concepto genérico de “compartir”. De ellas el caso más popular es Spotify: en lugar de tener una gran cantidad de cedés en nuestra casa, tenemos la música de esos mismos (y muchos más) a través de un servicio online que compartimos con millones de usuarios. En el campo del automóvil el punto de partida es sencillo: los coches pasan más del 90% de su vida útil estacionados, y eso hace que la eficiencia del coste sea desastrosa. Para optimizar esa eficiencia las interpretaciones de este concepto son diversas, siendo las más conocidas el “Car Sharing” (Uso compartido de una flota de vehículos de una empresa) y el “Car Pooling” (usuarios que se ponen de acuerdo para compartir trayecto y gastos en sus coches particulares).

Sin embargo del encuentro entre las nuevas tecnologías y el Internet móvil con las necesidades de transporte cada vez surgen más variantes de la idea de “compartir” el medio de transporte. Una de las más recientes es el alquiler por horas (o días) de vehículos privados.

Spotify es un buen ejemplo de la diferencia entre «posesion» de un bien y «uso» de un servicio

Algo similar al alquiler rotativo de plazas de garaje tan habitual en las grandes ciudades. Usuarios que, a través de aplicaciones como SocialCar en España o RelayDrives en EEUU pueden ponerse en contacto con otros para alquilar su coche cuando no lo usan y recuperar así parte de los altos costes que tiene el uso privado del coche hoy en día.

El hecho es que el acceso a Internet desde móvil permite multiplicar las opciones para ofrecer servicios de movilidad como Cabify, una especie de red de alquiler de coches con conductor (Taxis a la carta) que funciona a través de una aplicación de smartphone.

CarPooling o «¿Vienes mucho por aqui?»

El “Car Pooling” (compartir el coche con otras personas que vayan en nuestra misma dirección) es seguramente la más flexible y social de las alternativas a la movilidad convencional que se presentan en la actualidad. A partir del hecho de que la mayoría de los coches usados en desplazamientos cotidianos van ocupados por una sola persona o dos a lo sumo, el “Car Pooling” trata de que esos desplazamientos se hagan más eficientes. Ciertamente este no es un concepto novedoso, y sólo hay que acordarse del famoso cartel propagandístico del gobierno estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, “If you ride alone, you ride with Hitler. Join a Car Sharing Club Today!”. Pero ahora, con la ayuda de las aplicaciones de teléfonos móviles y el uso de Internet cada vez más empresas ofrecen sus servicios para crear redes de usuarios que compartan su coche en los desplazamientos.

El «Car Pooling» sirve igual para ir de Alcorcón a Getafe que de Barcelona a La Coruña

La ventaja del Car Pooling es, además, que su rango de uso no está delimitado y trasciende el ámbito urbano, por ello lo mismo puede servir a un usuario para ir de Alcorcón a Getafe que a otro para ir de Barcelona a La Coruña. La principal plataforma de Car Pooling en Europa es www.carpooling.com, un gran consorcio con servicio en 45 países a través del cual se realiza un millón de desplazamientos mensuales. El servicio se presta a través de una una web y una aplicación para smartphones en la que conductores y viajeros se registran y se ponen en contacto para compartir los costes de sus trayectos. Un sistema de valoración de usuarios similar al de eBay da a los viajeros garantía e información acerca de sus compañeros de viaje, y además dentro de los diversos filtros que se pueden incorporar está, por ejemplo la de seleccionar viajes sólo con entre mujeres.

Pero a pesar de ser el portal más elaborado y más implantado, www.carpooling.com no es la única empresa que gestiona servicios de trayecto compartido. Iniciativas similares existen en todo el mundo, como la Side-Car (www.side.cr) de California de la que hablaba hace unas semanas mi compañero David G. Artés. Otras son más populares en España, como Amovens (www.amovens.com), quizá la más conocida, pero también Bla Bla Car (Versión española  de la Covoiturage francesa, http://www.blablacar.es),  Ibilkar (www.ibilkarip2p.com), centrada en el territorio vasco, o también Compartir Coche (www.compartir.org), un portal que aglutina a ayuntamientos, empresas y otros consorcios que apuestan por el “Car Pooling” para crear una red de contactos mayor con la que dar servicio a los usuarios.

Y de algún modo los fabricantes no se quedan al margen de estas oportunidades de negocio. Daimler presentó hace pocas semanas su aplicación de movilidad integrada «Moovel», cuyo objetivo es aunar el mayor número de modalidades posibles de transporte para trazar la comunicación entre dos puntos. Al mismo tiempo la empresa dio a conocer una alianza estratégica con www.carpooling.com, lo cual sumado a su propia plataforma de Car Sharing Car2Go pondría en su mano una gran cantidad de variantes y modos diferentes de transporte.

¿Hacia una movilidad «social»?

Uno de los aspectos más interesantes de esta nueva “movilidad creativa” es precisamente que trae a un primer plano la conexión directa entre usuarios para compartir su movilidad. El concepto es completamente nuevo desde el punto de vista de que rompe el esquema que ha regido la movilidad en el siglo XX de que para desplazarse hay que elegir entre coche privado y transporte público. Con estas plataformas y gracias a Internet móvil, tenemos la posibilidad en cada momento de «diseñar» nuestro modo de desplazarnos, escogiendo la mejor opción en función de nuestras necesidades en cada momento, o combinando diferentes modos de transporte privado, público o alternativo.

En vez de alejarnos en nuestros coches, las «plataformas sociales de transporte» cohesionan la comunidad

La consecuencia más evidente es que, aun alcanzando una pequeña cuota del mercado, todas las alternativas a la movilidad convencional y las variantes de «movilidad creativa» incorporan a las ciudades y al territorio un nuevo concepto que funciona a partir de la idea de «compartir», que es un fuerte componente de cohesión social. Lejos de alejarnos en nuestros propios coches particulares, estas «plataformas sociales de transporte» permitirán ponerse en contacto a los habitantes de las ciudades haciendo del transporte algo mucho más consciente y menos individualista.
Ahora bien, hasta que eso llegue todavía habrá que dilucidar otras cuestiones, como la rentabilidad económica de estas plataformas, el marco legal que las ampara (en el caso del alquiler privado) o la influencia en otros sectores (con el ejemplo de la reciente protesta de los taxistas sobre la que escribía mi compañero Dani Seijo en Diariomotor hace unos días).

Fuente: www.carpooling.com | www.socialcar.com | www.amovens.com

Fotos: Moovel – Daimler Media | Carpooling.com | National Archives and Records Administration | Socialcar.com

Saber más: Geoff Wardle «We need to design entire journeys» en «Daimler Technicity»
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Luis Miguel Ortego

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