La firma norteamericana ultima los ensayos y tests de su nuevo referente tecnológico: Cadillac Super Cruise, que ahora se enfrenta a su funcionamiento en el puente colgante de Brooklyn que une los distritos de Manhattan y Brooklyn en la ciudad de Nueva York. Los entresijos de la prueba se basan principalmente en la capacidad real de los sistemas de seguridad y sus sensores para no dejarse influir por el entorno que presenta el escenario de un puente con multitud de variables que pueden inducir a errores.
Por este motivo, y según afirma la propia Cadillac, superar los ensayos en unas condiciones favorables de rodadura pero atravesando un puente de estas características, supone todo un reto para los nuevos sistemas de seguridad que tienen que interpretar en tiempo real toda la información que recogen del entorno. Podría parecer algo fácil, pero reconocer y actuar en consecuencia con cada objeto que se interpone en el radio de acción conlleva numerosos ensayos.
El sistema Cadillac Super Cruise se trata de una tecnología de conducción semi-autónoma que engloba el funcionamiento conjunto y coordinado de diferentes tecnologías para establecer una serie de comportamientos y reacciones del vehículo sin necesidad de intervención del conductor.
La firma norteamericana ya aseguró en su momento que la tecnología ha avanzado mucho en este campo como para que la conducción autónoma sea un realidad hoy en día, aún así matizaba que todavía necesita de cierto nivel de evolución para poder hacer frente a la multitud de variables que se pueden encontrar en la carretera. Detalles como un mayor nivel de reconocimiento de aquellas señales, situaciones y acciones imprevistas que están fuera de todo patrón establecido en las reglas que rigen a este tipo de sistemas.
El ensayo sobre el puente de Brooklyn tiene su razón de ser en cuanto a la proximidad y continuidad de objetos, estructuras, vehículos y peatones. Estando todos ellos presentes en el radio de acción de sus sensores y poniendo a prueba la inteligencia de las diferentes tecnologías para poder descartar aquellos elementos que realmente no suponen un riesgo o no están implicados directamente en el entorno por el que circulamos.
Google ya ha superado la barrera de los 300.000 Km con su proyecto de conducción autónoma, y aunque desde el gigante de internet se sienten más que satisfechos con sus resultados, al igual que Cadillac también admiten que la tecnología necesita de bastante tiempo para poder controlar situaciones imprevistas o que se encuentren fuera de la circulación lógica en la vía.
Fuente: General Motors
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