«El Fisker Karma es un producto mediocre a un precio elevado«, según declaraciones de Elon Musk en una reciente entrevista concedida a Automobile Magazine.»El coche parece muy grande, pero carece de espacio en el maletero y es muy pequeño por dentro, especialmente en los asientos traseros». Por si Fisker no tenía suficientes problemas y el prohombre de Tesla no tenía suficiente trabajo, ahí queda el recado.
La historia de rivalidad viene de muy atrás, y ha estado salpicada de enfrentamientos entre los propietarios de ambas firmas (el mencionado Musk y Henrik Fisker), incluyendo un juicio y varios de mensajes cruzados entre ambos. ¿Conflicto de egos en la industria americana de eléctricos de lujo?
Todo comenzó cuando Henrik Fisker, actual CEO de la empresa que lleva su nombre, trabajaba para su ahora rival Tesla. Musk le acusó básicamente de cobrar de Tesla para contribuir al diseño del Model-S mientras se dedicaba a diseñar su propio coche. El coche de Fisker, además, resulta ser rival directo en el mercado por precio y, hasta cierto punto, por planteamiento. Parece ser que la base legal no era suficientemente sólida para sostener la denuncia, porque Tesla perdió en los tribunales.
A partir de ese momento, el señor Musk se ha dedicado con frecuencia irregular a descalificar a su rival, toda vez que por la vía legal no pudo hincarle el diente. Esencialmente, descalifica el trabajo de Henrik Fisker por subcontratar la parte técnica del vehículo (según él, lo realmente esencial) y pensar que lo único importante es la estética… y así les va.
La respuesta de Fisker, mucho más contenida, se limita a recordar a Musk su derrota en el mencionado juicio, el hecho de que el Karma no tiene problemas de autonomía y el Model-S sí y termina deseando la mejor suerte a ambas marcas. Sin duda mucho más elegante.
En honor a la verdad, el eléctrico puro Tesla Model-S ha sido diseñado y construido por la propia firma prácticamente en cada uno de sus componentes (con un coste astronómico que a punto ha estado de acabar con la compañía). Mientras tanto, el eléctrico de autonomía extendida Fisker Karma es un puzzle de componentes ajenos en el que la marca ha puesto la idea y el envase, subcontratando incluso el ensamblaje en Finlandia con no poca polémica.
Lo cierto es que ninguna de las dos compañías está para tirar cohetes y no parece tener demasiado sentido que se enzarcen en tan estéril discusión, cuando su probabilidad de desaparición es todavía bastante alta en ambos casos y están aún lejos de presentar números positivos en sus respectivas cuentas de resultados…
… aunque algo de razón sí que tiene Elon Musk con respecto al Karma.
Fuente: Autobloggreen | Automobile Magazine
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