La originalidad de la marca Tesla no termina en su tecnología eléctrica vanguardista ni en los conceptos de automóvil que diseñan y construyen, sino que se extiende también a su red de ventas o, mejor dicho, a su forma de vender coches. Para empezar, ni se puede comprar un Tesla Model-S en una tienda ni las tiendas están ahí para vender coches… son más bien «templos» de divulgación técnica y de imagen de marca, pero sólo para convencer de las bondades de la revolucionaria tecnología.
A través de la experiencia directa de un comprador real, vamos a acercarnos a la compra de un Tesla Model-S y analizar las ventajas e inconvenientes de la compra pura on-line de un coche. Por extraño que parezca, muchos de los compradores nunca han visto ni probado un Model-S real como el que han encargado, ni siquiera del mismo color. ¿Será este el futuro de los concesionarios actuales?
Empezando por las tiendas, no están allí para vender coches, al menos no directamente, sino para captar curiosos que se decidan a entrar e introducirlos en la era del vehículo eléctrico y en las virtudes de la marca. Si todo va bien, los redirigen a le web de Tesla y ahí termina su función. Ni venden coches, ni su retribución es función de sus ventas de coches indirectas.
Las ventajas de la compra on-line de un coche
Para empezar, no hay presión de venta. Es obvio que en internet existe una libertad total de movimientos y la selección de colores y opciones puede hacerse tranquilamente desde casa, sin prisas y sin vendedores agobiantes. Pero incluso en las tiendas físicas se ha eliminado la presión de ventas, y están centradas en que uno se sienta a gusto y conozca el coche con tranquilidad y asesoría técnica, no en forzarte a comprarlo. Por supuesto, en Internet no hay horarios.
Continuando con las ventajas, tampoco hay regateos sobre el precio. Cada coche y opción tienen un precio y una casilla donde marcar sí o no, pero no se puede negociar. Todo el mundo paga lo mismo por adquirir lo mismo, aunque esto sin duda también disgustará a los aficionados a exprimir la naranja y sacar al vendedor hasta la última gota de sangre. Conviene aclarar que sí es posible hablar con un amabilísimo servicio de atención telefónica para consultar dudas y llevar el pedido a buen término.
Por último, Tesla entrega sus coches a domicilio… o donde uno quiera. Simplemente hay que escoger lugar, fecha y hora y el vehículo llegará a tí. Esto me parece un puntazo, tratándose de un vehículo tan exclusivo y parece ser que empieza a haber pedidos en lugares como Disneylandia, de clientes que quieren convertir la entrega en todo un evento. Otro punto para Tesla.
Los inconvenientes de la compra on-line de un coche
Como es lógico, no todo van a ser ventajas en la compra remota, y menos tratándose de un artículo tan visual, táctil y auditivo como un coche. Y esto nos lleva a la primera pega: resulta difícil ver un coche como el que vamos a comprar, a no ser en la pantalla de nuestro ordenador. En las tiendas hay uno o dos ejemplares, así como muestras de tapizados, acabados y colores exteriores, pero siempre son fracciones de un coche completo.
Otro problema importante que plantea la marca, no tanto por la compra on-line sino por su política de ventas en general, es que no recogen ni tasan coches usados. La tasación de nuestro viejo coche suele ser un elemento vital de toda nueva adquisición, hasta el punto de inclinar muchas balanzas entre un modelo y otro. Tesla se limita a ponerte en contacto con un especialista en compra-venta y… allá te entiendas con él.
Después está el tema de las pruebas: con cuatro niveles de potencia y dos opciones de suspensión, combinados con un reducidísimo número de coches disponibles para probar, lo más normal es que no puedas llegar a conducir la combinación que te quieres comprar y ni siquiera el nivel de potencia que vas a encargar.
Todo lo cual nos deja con un nivel de incertidumbre bastante elevado en el momento de hacer click y encargar un coche que, por término medio y equipado con las opciones más normales, no bajará de 75.000$, aunque muchos se acercarán bastante más a las seis cifras.
Hay que estar muy seguro ¿no?
Fuente: Greencarreports
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