A partir del 1 de octubre 2012 y hasta el 31 de marzo 2013 volverá a ser posible en España renovar nuestro coche con ayuda gubernamental. La ayuda consiste en 1.000€ aportados por el Ministerio de Industria y otros 1.000€ aportados por el fabricante. La idea es renovar vehículos obsoletos con nuevos vehículos económicos y ecológicos… y dar un empujoncito a las ventas, qué duda cabe.
En esencia, el mecanismo consiste en dar de baja un vehículo de más de 12 años y adquirir uno nuevo que deberá ser eléctrico, híbrido, utilizar combustibles fósiles alternativos (GLP, por ejemplo), o que tenga una calificación A o B de eficiencia energética según el IDAE. En realidad, el abanico es más amplio de lo que parece y el requisito fundamental será básicamente el precio máximo de 25.000€
Puesto que Diariomotor ha publicado ya todos los detalles sobre el plan PIVE 2012 y la clasificación IDAE para saber qué coches entran en las categorías A y B es de consulta sencilla, nos centraremos aquí en algunas reflexiones acerca de los principios que guían este plan.
Empezando por las razones que impulsan al gobierno a poner sobre la mesa 1.000€ por vehículo en los tiempos que corren (los 1.000€ del fabricante son bastante menos que el descuento que ya aplican a cualquiera sobre sus supuestas tarifas, así que podemos considerarlos una especie de placebo). Pensemos simplemente que en un coche de 10.000€ el IVA asciende a 2.100€. Esto significa que el Estado ingresará bastante más del doble de lo que aporte en cada venta, como mínimo, y tanto más cuanto más caro sea el vehículo en cuestión.
Sobre las razones por las que se ayuda a esta industria en concreto y no a tantas otras en dificultades, me atrevo a apuntar que se trata de un artículo de consumo muy especial, del que depende nuestra seguridad y nuestra salud, así como una parte sustancial de las importaciones de petróleo de nuestro país; de ahí su «interés público». La fuerte implantación de esta industria en nuestra geografía, y el consiguiente poder negociador con el gobierno, probablemente han terminado de redondear la «operación PIVE».
Otra duda que se abre con esta renovación del parque móvil y que entra de lleno en el terreno de Tecmovia, es precisamente ecológica: cuando un coche mayor de 12 años es remplazado por otro nuevo, más eficiente, el planeta ¿gana o pierde? Al contrario de lo que pueda parecer, yo diría que la respuesta no es obvia.
Ejemplo 1: tengo un coche de 12 años en perfectas condiciones, que utilizo esporádicamente para realizar trayectos cortos (3.000 km/año). Aunque me ahorre 2 l/100km con el nuevo y emita menos CO2, estamos hablando de 60 litros de combustible al año. Pongamos en la balanza lo que costará reciclarlo en términos de energía y emisiones y lo que cuesta fabricar el nuevo desde el punto de vista medioambiental, y no le dan las cuentas ni al Ministro de Industria más avispado.
Ejemplo 2: hago 40.000 km al año con un trasto destartalado que pone en peligro todo lo que me rodea desde que giro la llave de contacto. Tiene 20 años y consume el doble que cualquier cosa que se venda a día de hoy en un concesionario. En este caso, no hace falta utilizar ni la balanza para ver lo obvio: cambie usted de coche.
En fin, lo que pretendo decir es que estirar la vida útil de un coche implica amortizar sobre un mayor plazo de tiempo las emisiones y los consumos de todo tipo que fueron necesarios para fabricarlo. Esto es lo mismo que darle más tiempo al planeta para digerirlo. Si en ese tiempo de vida su funcionamiento no es especialmente dañino, tal ve ese sea el vehículo más ecológico que podamos conducir, aunque parezca mentira.
Dicho esto, si lo que importa es la economía, consumir es el único verbo a conjugar.
Fuente: Diariomotor
Más información: plan PIVE
En Tecmovia: ¿Cómo de ecológico es tu coche… antes de salir de la fábrica?