Que los coches se acercan cada vez más a sofisticados aparatos electrónicos, es una realidad. La electrónica entró en los coches en los años 80 para gestionar algunas funciones del motor y mejorar su rendimiento (las inyecciones electrónicas, por ejemplo). Algunos coches como el Renault 25 hicieron un uso un tanto curioso de ella con un atrevido ordenador de abordo con voz. En los años 90, la
electrónica llegó a los diésel y revolucionó el concepto de aquellos motores con fama de lentos y ruidosos. Y apenas hace una década que se produjo la gran explosión de lo que a veces llamamos “infotaintment”, esa mezcla de conectividad, entretenimiento e información, que llenó nuestros coches de grandes pantallas.
Por lo visto en el Salón de Paris (y por la tendencia de los últimos años), la electrónica y la conectividad no son ya una parte del coche sino que lo han colonizado. Y no porque cada vez más aspectos del automóvil estén controlados por la electrónica, sino porque los coches se transforman a toda velocidad aproximando sus diseños y sus “experiencias de usuario” a la de los más modernos smartphone. Quizá después de todo el automóvil se haya encontrado con un depredador más implacable que él mismo.
UCD concept de KIA. Información en pantalla
Propiamente no podríamos decir que el UCD Concept (que ya se pudo ver en Ginebra) sea algo absolutamente nuevo, porque aúna elementos que ya hemos visto en otros coches. Pero el resultado de este concepto de instrumentación es realmente brillante… en el sentido literal. Kia presenta una pantalla (olvídate de agujas que dan vueltas) en la que se proyecta la información necesaria para la conducción y todos los controles del coche. La velocidad y las revoluciones por minuto siguen presentándose en una esfera (igual que los móviles modernos que hacen ruido de muelles cuando tomas una foto o suenan como los viejos teléfonos aunque no tengan campanas dentro) La pantalla incorpora la información del navegador combinada con una proyección HUD sobre el parabrisas, que si bien no es algo nuevo y varias marcas ya lo ofrecen, no deja de ser un atractivo avance.
Ahora bien, cuando empiezan a aparecer en la pantalla la agenda del teléfono (con foto y todo), los controles del climatizador, los controles de conectividad del coche o información de estado como el combustible restante, el calendario, el tiempo meteorológico…, la cosa ya resulta más llamativa. El UCD de Kia incorpora incluso una cámara con detección de parpadeo destinada a avisar al conductor cuando interprete signos de somnolencia. Destaca mucho, por un lado, la multitud de opciones de configuración del aspecto del cuadro de instrumentos, que permite colocar la información a un lado o a otro, hacerla aparecer en diferentes formatos y cambiar el color de la pantalla y los controles con combinaciones innumerables. Por otro lado, y es seguramente el hecho verdaderamente importante de todo este sistema, el control se realiza desde el volante con una ruleta giratoria y dos botones, ¿os suena? exacto, igual que un iPod. El proceso de “convergencia evolutiva” de los smartphone y los controles de los coches no sólo es imparable sino que está aquí, y quizá no estemos tan lejos de poder poner la foto de nuestras vacaciones de fondo de pantalla… en el cuadro de instrumentos de nuestro coche.
Colores en un Volvo
El venerable Volvo S70 de mi padre admite muchos adjetivos, pero desde luego no «divertido». Así que cuando uno se sienta a los mandos de un Volvo y se encuentra una pantalla de instrumentación proyectada con tres diferentes configuraciones de color y otras tantas opciones de presentación de la información,
cabe pensar que la tendencia de la configuración de la electrónica interior del coche va en serio. De hecho el cuadro de mandos del V40 (y su hermano montaraz el Cross Country, novedad en Paris) parte de una sencilla estructura con una esfera central que cobija una pantalla, probablemente sólo por guardar las apariencias y que no nos sintamos perdidos. Pero en realidad toda la instrumentación es una pantalla (o varias pantallas en realidad) que admiten una configuración muy amplia de colores y formas que van desde un velocímetro normal de un relajante color verdoso hasta un rabioso y rojo tacómetro, pasando por una imagen del coche que sirve información del navegador, así como un icono activo del sistema de detección de salida de carretera.
Intersecciones, formas y “experiencia de usuario”
Posiblemente la forma en la que la electrónica se está apoderando de nuestros coches no era la prevista. La clave no va a estar en las grandes pantallas multimedia en el centro del coche, sino en la integración en los mandos y en el diseño de la “experiencia de usuario”. El sistema MMI del nuevo Audi A3 seguramente es un importante paso en la tendencia de los “centros de control” basados en una ruleta al incorporar la función táctil al botón. Los diseñadores de “experiencia de usuario” de los smartphone han creado en nosotros,
tras la aparición del iPhone, una nueva serie de gestos tecnológicos que han barrido a los anteriores y suponen una nueva generación. Dar vueltas a una ruleta con los dedos es un gesto que ya casi no tiene sentido. En su lugar, hemos aprendido a realizar toda clase de trazos sobre una pantalla táctil. Los smartphone y su endiablada facilidad están imponiendo su ley a gran velocidad en los “centros de control” de los coches. ¿Dije facilidad?, ah, ahí está la siguiente frontera: el iPhone no era el teléfono con mayores capacidades técnicas en su lanzamiento, y seguramente sigue sin serlo hoy. Pero la mezcla de experiencia de usuario, diseño visual e imagen exclusiva le ha conducido a convertirse en la referencia en el diseño de los teléfonos actuales. El nuevo MMI de Audi Connect tiene un gran mando de control pero quizá todavía su aspecto visual no resulta del todo atractivo a pesar de su gran pantalla, y tampoco termina de apostar fuerte por trasladar la configuración y personalización al cuadro de mandos tras el volante, que sigue siendo fiel a las clásicas esferas. Quizá la instrumentación del Crosslane Concept presentado en París sea el siguiente paso en la casa de Ingolstadt, y ese sí será un gran cambio.
Las pantallas de información central convergen en un diseño funcional pero escasamente atractivo y que además se asemeja bastante entre marcas, y los cuadros de mandos tradicionales se conforman con pequeñas pantallas entre los indicadores redondos. En el nuevo Golf VII, tan fiel a su propia tradición, sucede algo parecido, y la pantalla queda relegada al centro, manteniendo esferas físicas en el cuadro de mandos. Sin embargo el nuevo Clío trata de “romper” el esquema clásico de las esferas mediante una elipse que intersecta a las dos grandes áreas del cuadro. De ellas, una tiene el tacómetro y la otra el indicador del combustible, pero la velocidad y el resto de la información útil pasa a ser digital y estar en esta tercera esfera. Seguramente un paso para deshacerse del corsé de la instrumentación en esferas.
Citröen ya ensayó hace medio siglo con formas diferentes de representar la velocidad y ha seguido apostando por sus velocímetros digitales entre otras innovaciones. Pero ahora, la revolución definitiva de la instrumentación del automóvil no vendrá de la era espacial, sino de nuestros bolsillos, de nuestros smartphone.
Así que ten cuidado con dejar tu móvil sólo dentro de tu coche. No sabes quien se comería a quien.
Fuente:
En Tecmovia: Audi A3: nuevo sistema multimedia MMI