El Smart se ha pasado casi década y media en solitario en un nicho específico del mercado del automóvil, el de los microcoches urbanos. A pesar de que la congestión del tráfico ha ido creciendo en las grandes ciudades del mundo, los fabricantes han seguido ofreciendo gamas de coches urbanos pequeños pero con estructura convencional… al menos hasta ahora. El iQ de Toyota fue en 2008 la primera respuesta al Smart, y después llegó el Twizy en 2011. La avalancha de concepts no cesa, con el NILS de VW o el Urban Concept de Audi. En la semana del Salón de Paris, Toyota anunció su proyecto Smart Insect basado en el COMS que fabrica para el mercado
asiático desde finales de los 90. Y hace unas semanas contábamos el curioso caso de la C-1 de Lit Motors, una moto de dos ruedas y cerrada que se mantiene de pie por sí misma. Parece que los microcoches están “mutando” hacia vehículos de estructura más atrevida y adaptada a la realidad del uso, y las opciones se multiplican en el mercado a una velocidad suficiente como para tomar esta tendencia en serio.
En Paris pudimos ver el Smera, un coche eléctrico del fabricante francés Lumeneo, presentado en 2008. Con la autonomía de un Twizy, más estable que la Lit Motors y poco más de la mitad de ancho que un Smart…
La gama de Lumeneo
Lumeneo es un pequeño fabricante francés fundado en 2006, especializado en pequeños coches eléctricos y urbanos, un nicho similar al que ocupan Aixam o Ligier, sólo que certificados como turismo, al estilo de los Tazzari. En el Salón de Ginebra de 2008 Lumeneo presentó su primer coche, el eléctrico Smera, un dos plazas muy estrecho (sólo 96cm), con los asientos en línea. En el Salón de Paris de 2010 presentaron una variante de cuatro plazas del Smera, el Noema, que ensanchaba su tamaño hasta el 1’66 de ancho. Y el pasado jueves, en el Salón de Paris de este año, presentaron su tercer modelo el Neoma Roadster, un dos plazas abierto de 2’7 m de largo y 100% eléctrico, con llantas de 17” y autonomía de 140 km.
Lumeneo Smera
El Smera es un dos plazas un tanto especial, con un asiento delante del otro, que tiene la misma longitud exacta de un Smart, 2’5 m, y es 16 cm más largo que un Twizy, pero mide sólo 96 cm de ancho, es decir 55 cm menos que el micro de Daimler y 30 cm menos que el de Renault. Se mueve con un motor eléctrico alimentado por una batería de 9 kWh, (un 50% más potente que la del Twizy), y debe arrastrar 550 kg en orden de marcha, lo cual son 100 más que su vecino francés.
El vehículo se conduce con un volante y tiene cuatro ruedas, lo cual le otorga la estabilidad de un coche en la anchura de una moto de gran tamaño.
Lo que diferencia al Smera del Twizy es precisamente esos 30 cm menos de anchura, que lo acercan a la anchura de una moto. Una Suzuki Burgman mide 88 cm de ancha, y una BMW F650 91. Un coche de cuatro ruedas, cerrado y cuya anchura le permite pasar entre las filas de coches en un atasco como una moto o aparcar en un espacio igual (aunque probablemente con una maniobrabilidad menor) resulta una interesante variante para la movilidad urbana.
Los auténticos «urbanos ligeros»
Como vemos la diferencia de anchura, aunque pueda parecer pequeña, es realmente decisiva. Como explicábamos hace unas semanas al hilo de la Lit Motors C-1, la reducción del tamaño de los coches hasta la escala de un Smart o un iQ no ha causado una gran revolución en el tráfico urbano. Sin embargo, transportes tan reducidos como el Smera capaces de transportar a dos personas en una carrocería cerrada pueden suponer un verdadero avance en la forma que tenemos de entender la movilidad urbana. El ahorro de espacio en las calles resulta decisivo y la reserva de espacio para aparcar se reduciría dramáticamente (en una proporción de 4 a 1 respecto a la de los turismos convencionales), y con el añadido del silencio de marcha y la ausencia de emisiones directas.
No es preciso que esta nueva “especie” de vehículos se haga dominante en las ciudades para que se aprecie un cambio en la tendencia del tráfico urbano, basta con que alcancen un nicho de mercado que a estas alturas no cabe duda de que tendrían.
La desventaja (grave) del Smera respecto al Twizy o el Smart Insect de Toyota es, sin duda, el precio. Lumeneo anuncia que su vehículo cuesta unos 25000 euros, cinco veces más que el de Renault y más del doble que el de Toyota. Seguramente la diferencia está en la economía de escala, en lo que un pequeño fabricante pueda hacer frente a dos gigantes de la industria. Pero la “ventaja evolutiva” del Smera, su reducida anchura, se podría extender a los demás ejemplares de esa misma especie, los nuevos “urbanos ligeros”, y hacerlos cada vez más habituales en nuestras ciudades.
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