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¿Quieres ver una drag race entre un BMW M5 y un Tesla Model-S?

Una carrera de aceleración pura (drag race) es una prueba comparativa directa de la capacidad de dos vehículos para catapultarse hacia delante. Normalmente suelen ser una forma bastante absurda de quemar los recursos del planeta, pero ¿y si la comparativa es entre el todopoderoso BMW M5 y el eléctrico y novísimo Tesla Model-S Performance? Esta carrera sí que nos daría algo de perspectiva.

La idea es saber exactamente «dónde está el nivel», es decir, hasta qué punto es cierto lo que las cifras oficiales parecen indicar acerca de las prestaciones del Model-S. Se supone que es rapidísimo y que debería competir sin complejos en las grandes ligas de los vehículos de combustión, pero nunca hasta ahora hemos podio comprobarlo como en la carrera que podéis ver después del salto. Dentro vídeo…

Vayamos por partes.

El Tesla Model-S Performance es un vehículo puramente eléctrico, de tracción trasera. Lleva un motor de 416 CV con conexión directa a las ruedas mediante una única marcha hacia adelante. Su masa desplazada asciende a 2.100 kg y su relación peso/potencia se sitúa por tanto en los 5,05 kg/CV.

El BMW M5 incorpora un motor V8 de gasolina con 560 CV, conectado al eje trasero por una caja de cambios de siete relaciones con doble embrague. Su masa desplazada asciende a 1.990 kg y su relación peso/potencia se sitúa consecuentemente en los 3,55 kg/CV.

A partir de aquí, se produce la aparente contradicción de que el coche más pesado y menos potente acelera más deprisa, lo que merece una explicación o al menos un intento de explicación por parte de Tecmovia. Por supuesto, suponemos en todo momento que ambos conductores emplean a fondo sus monturas y nadie está levantando el pie para falsear el resultado (probablemente veamos más de estas carreras realizadas por algún otro medio y podamos contrastarlo).

Cómo es posible que un coche 100 kg más pesado y 140 CV menos potente pueda acelerar igual que un BMW M5

En cualquier caso, y entrando ya en el terreno de las explicaciones, yo diría que el Tesla sale claramente antes. Puede que sea una diferencia aparentemente pequeña de tiempo, una fracción de segundo, pero no es más lo que le saca al llegar a la meta. En mi opinión, podríamos considerar que es más bien un empate, lo que no le quita ni un ápice de mérito al Tesla que, no lo olvidemos, se está enfrentando a La Berlina Prestacional por excelencia, el M5.

Aún así, sigue en el aire la pregunta de cómo es posible que un coche 100 kg más pesado y 140 CV menos potente pueda acelerar igual que un BMW M5. Veamos.

En primer lugar, el Tesla lleva un motor eléctrico conectado directamente a las ruedas y no necesita una desconexión de la transmisión, es decir, embrague, para estar «encendido» y parado al mismo tiempo. Todo el par de giro se transmite directamente al asfalto en cada instante, prácticamente sin pérdidas de transmisión. Por muy evolucionada que sea la transmisión del BMW, que lo es, tiene un embrague (de hecho tiene dos) y un tiempo de acoplamiento, al menos en el primer instante en el que el coche se pone en movimiento. Es en ese instante en el que el Tesla adquiere toda su ventaja, que luego se limita a mantener, muy a duras penas al final y ya a punto de ser alcanzado.

En segundo lugar, la forma de entregar la potencia en un motor eléctrico es mucho más contundente que en un gasolina desde parado. La razón es que el par máximo de un motor eléctrico lo entrega desde la primera vuelta y todos los regímenes son de par máximo (constante) hasta alcanzar la potencia máxima. En el caso de un gasolina el par no es constante y su punto débil está en el entorno de las 1.000 rpm, justo al principio, lo que obliga a acelerarlo y hacer patinar el embrague para dosificar el par hasta que adquiere cierta velocidad. Esto último es menos eficiente que la transmisión directa.

La forma de entregar la potencia en un motor eléctrico es mucho más contundente que en un gasolina desde parado

Un último factor que puede considerarse a favor del Tesla en esta prueba en concreto, es la posición del centro de gravedad. Al llevar 85 kWh de baterías en el fondo del coche y entre los dos ejes (lo que puede suponer unos 700 kg de baterías, aunque no creo que se haya publicado este dato) aparte de un lastre evidente significa también una mayor capacidad de tracción (a igualdad en todo lo demás) del que también se beneficia justo al arrancar.

Y hasta aquí mi interpretación técnica de la drag race.

Via: Translogic
Fuente: Automobile
En Tecmovia: Potencia y par, motor eléctrico y diésel: cultura general para el S.XXI | La posición del centro de gravedad: una aproximación intuitiva

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David García Artés

David comenzó a trabajar en Diariomotor en junio de 2011, escribiendo artículos casi como hobbie, en lugar de ver la televisión después del trabajo. Poco a poco fue ganando responsabilidades, primero como coordinador editorial en Tecmovia, más tarde como probador (nunca ha dejado de serlo) y finalmente como Director General desde julio de 2020. Es economista (1998) e ingeniero (2011) de formación. Seguir leyendo...

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