Las universidades de Ohio y Stuttgart han desarrollado un proceso que permitiría recuperar energía a partir del calor de los gases de escape. Con este proceso basado en la transformación del calor de los gases que emana un vehículo híbrido enchufable, se podría extraer la energía eléctrica suficiente para recuperar hasta un 10% de la energía que se disipa en forma de calor una vez los gases abandonan la cámara de combustión.
La transformación en energía eléctrica de este desperdicio mayúsculo llamado calor es uno de los continuos quebraderos de cabeza de la industria en la actualidad. No solo hablamos de un despilfarro energético, sino que hablamos de un gran despilfarro que se traduce en el desperdicio del 25% de la energía que es invertida para conseguir movimiento en las ruedas.
Energía eléctrica a partir del calor desperdiciado
Con este objetivo fijado sobre el empleo del ciclo Rankine, los fundamentos que se emplean para la recuperación de energía son la transformación de un fluido, en este caso un compuesto químico desarrollado específicamente, para que mediante la cesión de calor se consiga obtener un aumento de volumen y presión capaz de generar el movimiento de un pistón que a su vez genere electricidad que será almacenada en la batería.
Obviamente el factor pérdidas asociado a la transformación continúa de energía se hace presente a poco que analicemos la propuesta, pues mínimo se identifican hasta 4 conversiones: líquido a gas, gas a movimiento alterno del pistón, movimiento alterno a energía eléctrica y transformación de la energía eléctrica para poder ser almacenada. Así, el índice máximo de recuperación de energía habla de un 10% sobre el total teórico.
La cesión de calor supone el 25% de las pérdidas en un motor convencional
BMW ya propuso un sistema similar de recuperación a partir de los gases de escape
El proyecto ha demostrado que el escenario ideal donde la recuperación puede llegar a valores más altos es en trayectos continuos a velocidades en torno a los 80-100 Km/h, donde el sistema de recuperación podría llegar a reciclar hasta un 2,4% de la energía empleada.
Su presentación en sociedad también ha servido para mostrar que los beneficios superan el mayor peso añadido que, según los creadores del sistema, es meramente despreciable en comparación a la energía que se puede recuperar. Otro punto a analizar son los costes de implantanción, siendo su escasa capacidad de recuperación en ciclos urbanos dada la dificultad de mantener temperaturas altas en los gases de escape, uno de los factores que más penalizan la tecnología.
El ahorro máximo demostrado ha sido de un 7% en un sistema híbrido enchufable donde la energía invertida proviene de un sistema ya de por sí más eficiente gracias a la recuperación en acciones como las frenadas. Por tanto hablamos de un foco de investigación que puede encontrar en aquello que desperdiciamos una importante fuente de energía.
Fuente: GreenCarCongress
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