A mediados del siglo XX, cuando en las mentes excitadas de todo el mundo anidaba la idea de que la tecnología permitiría a los coches volar en apenas unas décadas, un invento tan sencillo y humilde como el autorradios contribuyo de modo mucho más rápido a cambiar la forma en la que usábamos los coches al impulsar el triángulo música – coches – juventud. En la actualidad (y a pesar de la crisis) nos encontramos en un momento de máxima excitación y expectativa en cuando a la tecnología aplicada al automóvil. Los coches eléctricos y todas sus multiples posibilidades, la esperada pila de hidrógeno o los coches sin conductor como el de Google prometen un futuro muy distinto. Pero quizá, como hace 60 años, los cambios más profundos en el uso del automóvil y su impacto en la sociedad vengan de tecnologías mucho más humildes y sencillas. Por ejemplo ¿Cómo cambiaría el tráfico y el comportamiento de los conductores si los coches llevasen una cámara de grabación y una “caja negra”? Esta es la pregunta a la que trata de responder Road Eyes Cams, una “startup” que en el Salón de París presentaba su gama de cámaras de grabación para coches, un invento que quizá tenga más recorrido del que aparenta.
Road Eyes Cams: una «caja negra» para tu coche
En el Salón de París pudimos ver uno de estos curiosos y aparentemente sencillos inventos que, de popularizarse, podrían cambiar mucho y rápido nuestra relación con los coches. Simplemente sumando una cámara, un GPS y un disco duro. Me acerqué al stand de Road Eyes Cams atraído por un puñado de cámaras de grabación. Por un momento pensé que se trataba de algún dispositivo para incorporar visión nocturna a coches que no la tuviesen, pero era algo más sofisticado aún. Las cámaras de esta compañía actúan como cajas negras:
mediante posicionamiento GPS, un giróscopo que mide las aceleraciones en todos los sentidos y un pequeño disco duro, las cámaras no sólo graban lo que sucede delante del coche, sino que registran todos los datos del desplazamiento, los cuales se pueden consultar posteriormente a través de un software especial. ¿Cual es el objetivo de esta grabación? Desde luego no es hacer vídeos de accidentes esos que después no sacan en los informativos, sino más bien servir como prueba para, en caso de accidente, poder determinar exactamente qué es lo que ha sucedido y a quien corresponde la responsabilidad. La grabación se almacena en un disco duro con todos los datos de posición, velocidad y aceleraciones y en caso de impacto los últimos 30 segundos se guardan en una carpeta de seguridad. Combinado con Google Maps se puede obtener la posición del coche en cada momento, pero además en los modelos más avanzados el software del dispositivo ofrece la posibilidad de monitorizar la eficiencia de la conducción, dando consejos al conductor para ahorrar combustible. Los precios de las cámaras van desde los 130 € de la más sencilla RecMini, que solamente graba hacia delante, hasta los 280 € de la RecDuo, que también graba el interior del coche y ofrece una pantalla que permite visualizar la grabación y los registros en tiempo real en el coche.
Seguridad… ¿ante el seguro?
En Estados Unidos, Francia y Reino Unido las aseguradoras han comenzado a hacer ofertas y descuentos a quienes se comprometan a incorporar estos dispositivos, particularmente en el caso de conductores noveles. Los descuentos en la factura del seguro para jóvenes conductores alcanzan un 15% para aquellos que se comprometan a incorporar una de estas cámaras a su coche para registrar los movimientos del mismo. Y esto no es poco dinero, porque en Inglaterra la póliza de un conductor de menos de 25 años con un coche compacto convencional puede subir a las 2500 libras (más de 3000 euros) de modo que el descuento alcanzaría 450 euros. Según los ensayos realizados hasta la fecha, el mero hecho de llevar la cámara instalada hace descender la siniestralidad de los conductores, probablemente por el hecho de saberse vigilados por la “caja negra”.
En España algunas compañías comienzan a aplicar sistemas similares para aplicar descuentos en las pólizas de seguro. Mapfre, por ejemplo, ofrece un producto para jóvenes llamado “YCar” destinado a jóvenes de entre 18 y 30 años en el que la cuota se reduce un 5% inicialmente y hasta un 40% en el segundo año si el conductor se compromete a instalar un dispositivo GPS de recogida de datos. A su vez, Catalana Occidente prepara también un sistema junto con Octotelematics y Centro Zaragoza para una tarifa del tipo «Pay as you drive» que entraría en funcionamiento el año que viene. El sistema, a diferencia de las cámaras de RoadEyesCams, envía información cada 100 km pero no graba imágenes, de modo que la compañía puede hacer un seguimiento del número de kilómetros realizado, el respeto a la velocidad en cada vía etc. La Ley Orgánica de Protección de Datos española probablemente establece grandes dificultades para la grabación constante de imágenes en esta clase de dispositivos, pero en todo lo demás el control telemático de Mapfre ofrece un registro de tipo “caja negra” similar al que hemos explicado.
El dilema de la intimidad
La seguridad vial es un complejo asunto en el que todo el mundo se ve involucrado, y por tanto las soluciones tienen siempre potencial global, pero también hay que enmarcarlo dentro de la fuerte corriente mundial en torno a la seguridad que se puede ver no sólo en los aeropuertos, sino también en nuestras casas y en las cámaras de nuestras calles. La monitorización constante es algo que hemos aceptado con gusto a través de nuestros móviles de última generación que, lo queramos o no, permiten localizarnos con un error de pocos metros sólo con la utilización de la red de telefonía inalámbrica
¿Viola nuestra intimidad un sistema como el de RoadEyesCamera? Probablemente no más de lo que lo pueda hacer Facebook, pero no por eso deja de resultar inquietante el hecho de aceptar un control permanente de nuestros movimientos. Otro más. En Reino Unido será obligatorio en 2015 un sistema que grabe los eventos en el interior de los taxis como se hace voluntariamente en muchas ciudades españolas. En Estados Unidos será obligatorio que los coches monten un sistema de recogida de datos tipo “caja negra” a partir de 2015. General Motors ya monta en sus coches desde hace algunos años un sistema de monitorización automática de la posición, el desarrollado con OnStar, que permite no sólo conocer los movimientos del coche a efectos legales o incluso en caso de robo, sino que puede hacer algo mucho más impresionante: parar el coche por control remoto.
Un sistema como RoadEyesCamera ofrece ventajas evidentes en el caso de dilucidar responsabilidades en caso de accidente, y por tanto a la hora de negociar la cuota con la compañía aseguradora. Por otra parte, puede tener una gran utilidad para la policía en determinadas circunstancias a la hora de tratar de localizar un vehículo o averiguar las circunstancias de un delito. Pero todo eso conlleva asumir un tipo de control que se parece mucho al de muchas distopías futuristas como “1984”. ¿Estamos dispuestos a cambiar intimidad por seguridad o por ahorro? En muchos casos ya lo hemos hecho, pero el automóvil, que hace 100 años representó un cambio de paradigma en la idea de la libertad, parece un último reducto.
Quizá la conducción autónoma, después de todo, no sea tan idílica como en “El coche fantástico”.
Actualización 16-10-2012: Incorporamos información sobre el proyecto para tarifas «Pay as you drive» de Catalana Occidente
Fuente: RoadEyesCams | Mapfre | BBC | OnStar
Fotos: Road Eye Cams
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