A123 se ha declarado en bancarrota tras publicar ayer de manera oficial que no podría hacer frente al cumplimiento de los pagos e intereses que tendrá que llevar a cabo con sus principales inversores antes de que finalice el mes de Octubre. Este movimiento ha propiciado una gran revuelo que rápidamente ha traído al recuerdo antiguos fiascos como los protagonizados por Ener1 o Solyndra.
Como balón de oxígeno para favorecer una situación lo menos comprometida posible con los grandes fondos que fueron depositados en los últimos años, el Gobierno de los EE.UU. inyectó en su momento un montante de 249 Millones de dólares en A123, dinero que ahora se ha diluido para formar parte de una venta controlada de las posesiones y activos de la firma al mejor postor donde ya se especula con fabricantes como Johnson Controls como principales prentendientes.
¿Qué pasará ahora con el Fisker Karma?
Esta noticia deja de inmediato a fabricantes como Fisker en primer lugar, y BMW y General Motors en un plano menos destacado, sin suministrador para la fabricación de baterías basadas en la tecnología Litio-Fosfato que tan populares hizo a A123 en el instante que toda la industria veía con cierto temor la llamas que emanaban de un Chevrolet Volt cuyo acumulador se basaba en la tecnología Ion-Litio.
Este suceso supondrá un nuevo varapalo para la administración Obama que ha visto como este tipo de quiebras en empresas tecnológicas relacionadas con la propulsión alternativa se han sucedido una detrás de otra, siendo ahora el principal argumento de la oposición apara arrebatarle el cargo presidencial.
Huelga decir que uno de los factores más importantes es la situación de orfandad en la que deja a fabricantes tan precarios como Fisker, que una vez más vuelve a coincidir con la mala suerte al hablar de baterías. Habrá que esperar a los detalles en los que el Gobierno permitirá la caída de A123 para poder recuperar para de la inversión y poder hacer frente a las deudas pendientes mediante un fondo de garantías.
Conociendo la noticia es muy probable que en muy poco tiempo asistamos a un baile de contratos entre los fabricantes de automóviles híbridos y eléctricos dependientes de A123 para la búsqueda de un nuevo suministrador de baterías.
Fuente: Reuters
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