El programa de car sharing Autolib, que se encuentra prestando servicio en la ciudad de París, ha recibido una inversión de 75 Millones de Euros para expandir las posibilidades del servicio. Con una flota que alcanza los 1.800 coches eléctricos, el proyecto más ambicioso de car sharing a nivel mundial pretende pasar a una segunda fase para mejorar la ejecución y repercusión y así convertirse en el servicio de referencia.
Desde su entrada en vigor, las expectativas de Autolib siempre fueron altas, y la realidad ha demostrado que pese a la ambición que presuponía el proyecto, sus miras se quedaron cortas nada más el servicio de car sharing estuvo disponible. Con más de 37.000 suscriptores abonados, Autolib representa el mayor concepto de movilidad social donde el vehículo se convierte en un mero servicio de transporte del cual disponemos mediante un servicio de alquiler.
Autolib, el car sharing elevado el cubo
Dado el éxito reconocido de la iniciativa, y aunque son muchos los defectos que tiene que corregir, ha sido el Banco Europeo de Inversiones el encargado de conceder una inversión de 75 Millones de Euros para la expansión del servicio en la ciudad de París, y con serias miras de convertirlo en una fórmula de movilidad que pueda ser exportable a otras ciudades cuando se establezcan todos los objetivos de la nueva fase.
Esta denominada segunda fase llevará a cabo su expansión mejorando su infraestructura adoptando los aparcamientos públicos como emplazamientos para la recogida y recarga de los Bollore Bluecar que se emplean. A su vez se pretende mejorar la red de gestión, dotando de nuevas formas y servicios de pago para agilizar los procesos que, sumado a una red inteligente para la gestión de la recarga, pretende mejorar los tiempos de inactividad de los vehículos durante las fases de carga.
Nuevas fórmulas de recarga y pago para mejorar un servicio pionero
Esta nueva inversión también servirá para adoptar nuevos vehículos, así como nuevos métodos de recarga instalando placas solares capaces de generar energía suficiente para abastecer al programa, o por lo menos reducir la dependencia del programa de la red eléctrica.
Es justo reconocer que el servicio de car sharing Autolib representa muchas de las fórmulas que se pretenden adoptar para el futuro de la movilidad, pero al igual que su implantación actual arroja importantes beneficios, es directamente proporcional el conocimiento de los defectos que implica un servicio de este tipo, siendo disponibilidad real y tarifas de uso el mayor de los males que podemos encontrar en el programa francés Autolib.
Fuente: AutoblogGreen
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