Hoy día 1 de Noviembre de 2012 entra en vigor la implantación del sistema único de etiquetado para neumáticos en toda Europa. Una fórmula que pretende consolidar una única herramienta para poder comparar los diferentes productos que ofrecen las marcas de neumáticos bajo tres criterios muy importantes como son: el nivel de resistencia del neumático, la distancia de frenado en suelo mojado y el nivel de emisión de ruido por parte de la goma.
Con estos tres criterios se pretende llevar a cabo un estándar de normalización entre fabricantes que finalmente puedan calificar las cualidades de sus neumáticos entre un baremo que oscila entre la máxima puntuación obtenida a través de la letra A, y la mínima puntuación que encarna la letra G. Sin embargo, tanto a nivel de usuario, como del propio fabricante, existen criterios igualmente importantes que pasan desapercibidos para esta nueva etiqueta.
Importantes carencias en información a la hora de escoger neumáticos
Entre uno de los factores que más importancia tiene y que a la postre no se ha tenido en cuenta, encontramos la seguridad del neumático en condiciones de piso seco que, según un reciente estudio realizado por Michelin y el RACC, se trata de la condición predominante en el 70% de los accidentes en el periodo comprendido entre 2005 y 2009. Este dato resulta significativo pues, aunque la seguridad en suelo húmedo es de vital importancia, la misma seguridad en seco resulta de igual importancia para poder comparar entre neumáticos y escoger aquel con mejor compromiso entre eficacia en seco y en mojado.
La duración y vida útil de los neumáticos es también un factor que no ha sido considerado para la elaboración de esta nueva etiqueta, y resulta que igualmente es uno de los factores que más importancia alberga según el grueso de los compradores. El paso del tiempo y la pérdida de cualidades del neumático a lo largo de éste, son factores que los compradores tienden a valorar a la hora de escoger un determinado producto, por lo que la exclusión de este factor en el etiquetado resulta incomprensible.
El factor climatológico también resulta un dato que brilla tanto por ausencia como por su importancia a la hora de escoger una cubierta polivalente para distintas estaciones del año. En un país como España donde podemos encontrar grandes cambios en la climatología a poco que nos traslademos unos kilómetros, sería más que adecuado conocer de primera mano el comportamiento, tolerancia y estabilidad de los neumáticos a los cambios de temperatura y condiciones ambientales.
Para concluir, un último aspecto que también cabe destacar por su ausencia, no es otro que el comportamiento del neumático en curvas y trayectorias laterales. Un punto clave a la hora de evaluar la eficacia de un neumático en seco y en mojado, ya que a través de una deformación y estabilidad uniformes se puede mantener el control del vehículo sin mostrar pérdidas de agarre. Este condicionante resulta vital a la hora de afrontar curvas a velocidades medias y altas, donde la diferencia en prestaciones por parte de un neumático puede marcar la línea que distingue entre seguridad y pérdida total del control.
Algunos datos que avalan el nuevo etiquetado
Pese a las grandes carencias del sistema de etiquetado único para Europa, hay que destacar que su implantación supone un gran paso adelante en un mercado donde tan solo la información ofrecida por el fabricante era la única ayuda con la que contábamos. A partir de hoy, día 1 de Noviembre de 2012, el nuevo etiquetado facilitará la comparación entre tres factores que deberán cumplir todos y cada uno de los fabricantes.
Para comprender en cierto modo las diferencias que existen entre un neumático que consiga la calificación A o la calificación G, ponemos como ejemplo que en la categoría de adherencia en mojado, la diferencia entre la máxima puntuación representada con la letra A y la mínima puntuación con la letra G supone una reducción del 30% en la distancia de frenado, lo cual se traduce en el hecho de que el vehículo podrá recortar la distancia de frenado en una longitud de 18 metros.
A su vez, analizando el mismo baremo empleado para evaluar la resistencia a la rodadura, encontramos que la diferencia entre la calificación A y G encuentra una reducción del consumo del 7,5% en un vehículo cuyo consumo medio sea de 7 l/100 Km, lo cual significa un ahorro de 0,5 l/100 Km en este mismo modelo de consumo.
Etiquetado de neumáticos: bien, pero podría ser mucho mejor
Como conclusión final es justo aplaudir la llegada de este nuevo sistema para la normalización de un sistema de etiquetado común a todos los fabricantes en Europa, sin embargo no podemos olvidar las grandes carencias que representa, pues a duras penas ofrece información necesaria para poder escoger lo suficientemente bien un determinado juego de neumáticos.
Las virtudes y defectos del neumático serán mayores o menores según el desempeño que queramos darle a las nuevas gomas, es por ello que un sistema de información ampliado facilitaría todavía más la elección del neumático correcto para nuestras necesidades.
Una lástima que el nuevo etiquetado de neumáticos nazca con importantes carencias que reclaman una rotunda puesta al día para mejorar, tanto el servicio que presta al cliente, como el aspecto comercial para que los fabricantes puedan competir de manera directa en un mayor abanico de criterios.
Fuente: Michelin | Racc | Goodyear | Dunlop
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