A pesar de los enormes esfuerzos gubernamentales, a pesar del problema galopante de polución, a pesar de las restricciones a la matriculación y a pesar de los pesares, las ventas de eléctricos en China no van como se esperaba. Ni de lejos. La compañía BYD, consecuente con la situación, ha decidido dar un nuevo impulso a sus ventas orientadas al transporte público, con un plan denominado «Cero precio de compra, cero costes, cero emisiones».
De acuerdo; puede que el título sea un pelín exagerado con respecto a la oferta real, en la que el coche o bus hay que pagarlo, pero el caso es que han decidido atacar con números en lugar de argumentos abstractos. Tres fórmulas de financiación que parecen demostrar que el coste del taxi eléctrico se compensa con creces con los ahorros que implica, sirven de anzuelo para taxistas, más allá de cualquier argumento ecológico o técnico. ¡Es la economía, estúpido!
Las matemáticas de la operación serían algo como esto: la compañía de buses o taxis compra el vehículo en cuestión (BYD e6 o bus eléctrico BYD) sin desembolso inicial, financiado en cómodos plazos. Una vez en funcionamiento, el ahorro que supone su coste de operación frente a un vehículo con motor térmico es muy superior a la cuota mensual, por lo que el coche sale «gratis». De hecho, y siempre según BYD, el ahorro mensual del eléctrico es aproximadamente el doble de la cuota a pagar, por lo que sólo haría falta invertir la mitad del ahorro en la compra y el resto sería beneficio puro y duro.
Puesto que en China hay 500.000 autobuses públicos y 1,2 millones de taxis, que se dice pronto, tampoco es de extrañar que los chicos de marketing de BYD hayan focalizado sus esfuerzos en el que, posiblemente, sea el único sector en el que los números dan claramente a favor de la propulsión eléctrica teniendo todo en cuenta. Y si no, que se lo pregunten a los taxistas españoles, que compran Prius como si fuera el único coche del mundo y normalmente no es ni la versión enchufable.
Por supuesto, cuando los números los hace la compañía interesada siempre suelen dar. Dicho esto, lo cierto es que con los kilómetros que hace un taxi y la diferencia de coste entre electricidad y gasolina, combinada con el ahorro en costes de mantenimiento de un eléctrico (sin cambios de aceite, filtros, escaso desgaste de frenos y fiabilidad a prueba de bomba) sí que tendría sentido que el ahorro fuese muy grande en este sector, precisamente por el elevado kilometraje (siempre y cuando tengas donde cargarlo en plena calle y en todo momento, claro).
Cuando esto sea cierto para particulares que hacen 15.000 km al año, hasta puede que veamos eléctricos por la calle.
Fuente: Autobloggreen
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