Audi está tomando en consideración la fabricación de un superdeportivo híbrido diésel derivado de su experiencia en las 24 horas de Le Mans. Este movimiento respondería a la hibridación que están llevando a cabo rivales de altura como el sustituto del Ferrari Enzo, el McLaren P1 o el Porsche 918 Spyder. Con este proyecto dado a luz a partir de un referente en competición como ha sido Audi en la carrera de resistencia más importante del calendario, la firma por fin podría ver hecho realidad el sueño de ver al gasóleo plantando cara a lo más laureado del mercado.
La empresa que propone Audi no es un asunto que se pueda tomar a la ligera, de hecho es muy alto el interés del fabricante en este apartado referente al gasóleo y muchas las reticencias del mercado y la industria en general al saber que el corazón de esta máquina pueda repostar en los surtidores donde cuelga esa manguera negra a la que muchos maldicen cuando la asocian con deportividad. Audi quiere y puede, ¿Entonces por qué no?
Audi persigue el sueño de fabricar un deportivo bajo las siglas TDI
A la hora de juzgar este hecho es justo echar la mirada atrás y recordar el superdeportivo diésel que pudo ser y no fue, el Audi R8 V12 TDI. Una variante del Audi R8 aocgiendo un motor V12 de 6.000cc, doble turbocompresor y 500 CV. Un desafío en toda regla que desde un principio nació con escepticismo y que más tarde se olvidó en el cajón de los «algún día» alegando grandes compromisos a raíz de un aumento drástico del peso del conjunto, falta de espacio para el nuevo motor TDI e irregularidades con las necesidades de refrigeración.
Sin embargo, y dado el tiempo transcurrido, se hace notar el interés de otros fabricante por hibridar sus nuevos superdeportivos, así como por ofrecer un nuevo torrente de prestaciones empleando motores eléctricos capaces de transmitir sensaciones difíciles de encontrar en otros sistemas. Audi quiere aprovechar esta tendencia y su laureada experiencia en Le Mans para fabricar un superdeportivo derivado de competición capaz de alcanzar los 700 CV con una velocidad máxima superior a los 320 Km/h.
A nivel de imagen de marca supondría un hito difícil de igualar en la historia que está por venir en la marca, pues hablamos de tecnología de competición aplicada a un vehículo de calle. El momento para llevar a cabo el proyecto sería además el más indicado aprovechando el desarrollo del sustituto del actual Audi R8. Con todo esto puede que esta vez Audi sí consiga llevar hasta circuito la idea de competir con un motor movido por gasóleo sin nada que envidiar a motores alimentados con gasolina.
Fuente: WCF
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