En plena guerra por encontrar un estándar para la adopción global de un único sistema de conexionado para la recarga de vehículos eléctricos, encontramos ahora otro punto de vital importancia que también parece que se unirá al problema existente para complicar las cosas un poco más si es posible. Los modos de carga, que ofrecen hasta 4 diferentes posibilidades, pueden tener mucho que decir a la hora de apostar por un único sistema.
La problemática sobre la estandarización de los puntos de recarga está llamada a ser uno de los grandes escollos para el despegue de la propulsión eléctrica. La falta de acuerdo y los intereses encontrados según el territorio no hacen sino otra cosa que complicar las cosas más de lo ya que representa la adopción de un nuevo sistema de propulsión.
Sockets, sistemas de pago, modos de carga… ¿Alguien da más?
Para entender un poco más de que va el tema, veamos que ofrece cada Modo:
Modo 1: toma estándar de uso no exclusivo para la recarga de vehículos eléctricos. Para realizar la conexión del vehículo a la red se necesita de un cable con dos conectores, uno enchufado a la red y otro al vehículo. Este modo posee el hándicap de no tener protección por lo que solo es aconsejable para bicicletas y motos eléctricas. Está homologado hasta un máximo de 16 A durante un periodo no superior a las dos horas de conexión.
Modo 2: el cable lleva, entre el vehículo eléctrico y la clavija de conexión a la toma de suministro, una caja de control (circuito piloto de control), por lo que ya hablamos de un factor de protección. Este modo de carga está admitido por normativa durante un periodo transitorio hasta el 2017, a partir de ese año se deberá evolucionar al modo 3. La intensidad máxima recomendada no deberá superar los 10 A.
Modo 3: el modo de carga 3 exige el uso de un “circuito piloto de control” con las mismas características que el modo 2. Las protecciones, en este caso van en el cargador y no en el cable. La velocidad de la carga es superior que en los modos 1 y 2, hasta 16A, o lo que es lo mismo, con el máximo de potencia disponible en la electricidad domiciliaria. Los conectores compatibles son: Scame, Mennekes, SAE J1722 y el nuevo formato derivado de éste, el estándar SAE Combinado.
Modo 4: se trata de la carga rápida en corriente continua. La conexión del vehículo eléctrico a la red de corriente alterna se realiza a través de un cargador externo donde el conductor piloto de control se extiende al equipo permanentemente conectado a la red. El Estándar más común es el sistema CHAdeMO con intensidades máximas de hasta 200 A.
CHAdeMO Vs. SAE Combo: la guerra por la recarga rápida
Una vez conocidos los cuatro modos diferentes para efectuar la recarga con cierta independencia al conector o vehículo que empleemos, nos encontramos que desde diferentes fabricantes y países se pretende apostar por un guerra entre la adopción de los Modo 2 y 3 en su más inmediatos lanzamientos. El acuerdo entre todos los intereses implicados parece cada vez más lejos de llegar a buen puerto, siendo la irrupción del estándar SAE combinado la guinda para un pastel que parece que a todos se nos va a terminar por atragantar.
En definitiva hablamos nuevamente por una encarnizada guerra entre formatos que tan solo beneficiará al ganador de una batalla que por el momento sigue sin encontrar un claro ganador. Será ahora la adopción de diferentes modos de carga compatibles los que hagan aún más difícil confiar en un vehículo eléctrico cuando cabe la posibilidad de que nuestro recién adquirido automóvil eléctrico no sea compatible con nuestra red de recarga por el empleo, no solo de un socket diferente, sino un modo de carga que puede no ser compatible, o en el mejor de los casos no demasiado recomendable por posible daño en la instalación
Fuente: Peugeot | Endesa | CHAdeMO
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