Según nos cuentan desde Plugincars.com, Coda Automotive, el fabricante de coches eléctricos con sede en California y producción en China, acaba de despedir a más de 50 empleados. En esa cifra se incluye gran parte de su personal de marketing y ventas. La razón parece ser la falta de presencia en el mercado y la ausencia de ventas, lo que debería más bien invitar a reforzar esos departamentos en lugar de adelgazarlos, alguien podría pensar.
Parece ser que su único modelo en el mercado, el Coda Sedan (ver vídeo más abajo) ha logrado colocar en el mercado menos de 100 unidades desde su salida a la venta en marzo 2012. Eso no es que sea poco, es que prácticamente no es nada en absoluto. La consecuencia, parece ser, comienza por una colección de despidos que pretenden adelgazar al máximo la estructura de la sociedad y aligerar con ello sus costes fijos. Esta parece ser la tónica entre las start-ups de vehículos eléctricos, a excepción de Tesla, cuyo archimillonario fundador está aguantando el tirón aparentemente mejor que nadie. De momento.
Como habréis podido concluir de la prueba en el vídeo, el coche resulta un poco cutre en general. Su estética exterior e interior, los materiales empleados… todo ha sido reducido el mínimo coste y desgraciadamente resulta bastante palpable. La razón no es otra que un intento de llegar al mercado con el precio más competitivo posible a pesar del coste astronómico de las baterías. Tal vez el caso de este fabricante chino-americano sea un caso extremo de cutrez, pero no deja de ser la caricatura de la situación general.
La solución adoptada por algunos fabricantes ha sido apuntar muy alto en sus aspiraciones de mercado. Es el caso de Fisker y Tesla, con modelos que rondan los 100.000$ en los que el coste de las baterías encaja con mucha mayor facilidad. En un coche de lujo, las baterías son parte del lujo y pueden entenderse como un coste adicional razonable.
Otros fabricantes, orientados a un público más modesto en su capacidad de compra, se ven abocados a vender coches básicos bastante caros en comparación con modelos supuestamente equivalentes (o alquilar las baterías para extraerlas del precio inicial a cambio de una cuota de alquiler eterna). El resultado está siendo también un volumen modesto de ventas, al menos comparado con las expectativas generadas y las previsiones lanzadas por algunos de ellos.
La hibridación gradual, abanderada por Toyota, sí parece ser la fórmula del éxito y el camino a seguir, a pesar de que sus productos resultantes no sean otra cosa que una solución de compromiso.
La consecuencia de todo ello es que sólo los fabricantes más musculosos están aguantando el peso de la inversión en I+D+i que supone lanzar al mercado vehículos eléctricos puros. La implantación de la movilidad eléctrica tal vez sea inevitable, pero una vez más vemos que, sin duda, será muy, muy lenta.
Muchos caerán por el camino.
Via: Autoblog
Fuente: Plugincars
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