La ciudad estadounidense de Indianápolis, capital del estado de Indiana, pretende llevar a cabo una reconversión completa de toda la flota de vehículos de servicio público para optar por vehículos híbridos y eléctricos en las flotas de vehículos ligeros y motores movidos por GNC para vehículos pesados. Esta ha sido la orden que ha remitido el actual alcalde de la ciudad, Greg Ballard, para conseguir un notable ahorro en gasto de combustible.
El proyecto pretende impulsar el desarrollo de las tres tecnologías en la ciudad para conseguir una menor dependencia de fuentes de energía extranjeras. Por el momento la magnitud del proceso de sustitución cuenta con un límite indefinido, pues según se desprende del anuncio, todavía queda pendiente el coste total de la inversión y el número de plazas a cubrir según la compañía que ofrezca una flota de estas magnitudes en calidad de leasing.
Entidades públicas, deberían ser las primeras en dar ejemplo
Downtown de Indianápolis
Según se informa, la adopción de estos nuevos sistemas de transporte también llevará asociada la creación y gestión de 200 nuevos puntos de recarga en la ciudad. Sin duda una herramienta básica para poder garantizar la plena utilidad de la nueva flota de vehículos eléctricos que se pretenden poner en funcionamiento.
Cabe resaltar que, aunque el anuncio todavía adolece de matizar ciertos cabos sueltos como tamaño de la flota e inversión, la fórmula escogida para dar ejemplo es a todas luces la más adecuada. Una reconversión de una flota de servicios públicos cuyos gastos son soportados por el ciudadano de a pie, y que además permitirá un contacto real del público con las nuevas tecnologías que por precio, dudas o motivos dispares nunca se ha llegado a producir.
Un ejemplo nuevamente donde se ve claramente donde debería desarrollarse por primera vez las denominadas tecnologías de futuro. Entidades, gobiernos y servicios públicos deben ser los primeros en apostar por esta transición hacia el cambio de movilidad si realmente se pretende que el mercado crezca en esta dirección. Indianápolis cifra un ahorro en combustible, a través de estas medidas, de 10 Millones de dólares, por lo que parece que en este tipo de casos no existen causas reales que no respalden la adopción de nuevos sistemas de propulsión.
Fuente: AutoblogGreen
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