Con la finalización del año 2012 estamos asistiendo a un déficit de interés en la propulsión eléctrica por parte de los fabricantes motivado por la difícil situación económica global y una caída en picado de las ventas en mercados tan importantes como Europa. China parecía ser el mercado de salvación, pero las pobres ventas de este tipo de propulsión en EE.UU. y Europa han podido más que un mercado asiático con muchos aspectos todavía por definir.
Marcas como Nissan o Renault, íntimamente ligadas al desarrollo de la propulsión eléctrica a toda costa, ya han revelado que los planes de hace apenas 2 años tendrán que verse sujetos a grandes cambios. Los objetivos de ventas no se han cumplido, la infraestructura acumula más dificultades que facilidades y el interés de la sociedad y los organismos públicos distan mucho de ser los ideales para promover un cambio de esta índole
Fabricantes de eléctricos que ya no lo son tanto
El mercado sigue viendo a la propulsión eléctrica como una herramienta de movilidad cara, que además alberga grandes dudas que no reciben respuesta. Por tanto la quema de combustibles se antoja como una opción segura y económica dentro de un panorama de incertidumbre, y es entonces cuando se descubre la mejor opción que supone la propulsión híbrida, híbrida enchufable y eléctrico de autonomía extendida.
Nissan y Renault consideran la propulsión híbrida como una tecnología de transición hacia la propulsión eléctrica, tildando a la hibridación como una fórmula no necesaria cuando el objetivo es la electrificación completa del parque móvil. Sin embargo el mercado ha dictado sentencia a base de pobres ventas globales en relación a la inversión necesaria, por lo que Renault y Nissan han tenido que adoptar soluciones híbridas para subsistir como fabricantes.
Otro caso interesante es el protagonizado por Peugeot y Citroën en su acuerdo con Mitsubishi para la producción de un modelo global: Citroën C-Zero, Peugeot iOn y Mitsubishi i-MIEV. Las francesas, golpeadas por unas pobres ventas en suelo europeo y un stock en claro crecimiento, decidieron rescindir el acuerdo de fabricación para posponer la propulsión eléctrica para un mercado más receptivo, ahora la prioridad pasa por la tecnología HYbrid 4 de propulsión híbrida diésel con ejes motrices independientes.
A mitad de camino entre el quiero y el puedo encontramos las firmas BMW y Mercedes-Benz, donde a partir de diferentes fórmulas para llevar a cabo estas alternativas, ambas marcas lanzarán al mercado tecnología híbrida y eléctrica a la par. Mercedes optará por la hibridación de la totalidad de la gama y la electrificación de modelos puntutales como los SLS AMG Electric Drive y Clase B Electric Drive.
BMW asumirá más riesgo ofreciendo microhibridación como equipamiento de serie en todos sus modelos, propulsión híbrida como variante en la gran mayoría de su gama y una propulsión eléctrica a partir de una nueva submarca denominada BMW i.
¿Está la industria equivocada apostando por la hibridación?
En el otro lado de este análisis a las marcas que están apostando por sistemas de propulsión alternativa, encontramos firmas como las pertenecientes al Grupo Toyota, actual referente en propulsión híbrida, que una y otra vez a subrayado que la hoja de ruta del grupo japonés pasa por la hibridación, después la hibridación enchufable y por último la propulsión eléctrica en el momento en el que la tecnología sea capaz de ofrecer suficiente nivel de prestaciones para ser considerada como alternativa.
El Grupo Volkswagen por su parte ha sido uno de los conglomerados que más ha retrasado su llegada a la propulsión alternativa alegando que las cualidades no lo eran tanto, considerando que la capacidad de evolución de las mecánicas tradicionales podría tener tanto o más que ofrecer que la reconversión a otros tipos de propulsión. La tecnología Clean Diésel y la microhibridación es la actual piedra angular, aunque ya ha sido confirmada una apuesta contundente en propulsión híbrida enchufable a corto plazo.
Las americanas Ford y General Motors han optado por diferentes formas de asociar motores convencionales y motores eléctricos, pero el objetivo es el mismo: hibridar la práctica totalidad de la gama, creando modelos eléctricos en segmentos del mercado de alta demanda que les permitan evolucionar la tecnología para un futuro próximo, Ford Focus Electric y Chevrolet Spark EV serán sus apuestas más significativas.
Propulsión eléctrica: queda mucho por hacer
La industria, tanto en las marcas más relacionadas con la propulsión eléctrica, como en aquellas que no tanto, ha fijado un trayecto donde la hibridación será la verdadera revolución a corto y medio plazo. La propulsión eléctrica crecerá en el mercado con la llegada de más modelos y una mejor oferta de prestaciones, sin embargo se sigue confiando en una evolución en aspectos como las baterías para poder dinamitar los precios.
A nivel de infraestructura no se puede esperar una revolución de consideración mientras existan barreras de magnitud como la ausencia de un único estándar de conexión, diferentes modos de carga o una igualmente falta de un único sistema de acceso y pago. La convivencia de híbridos enchufables y eléctricos hará todavía más difícil el acceso público si no se apuesta por una implantación masiva de puntos de recarga.
¿Y dentro de 10 o 20 años? El mercado ofrecerá el abanico más amplio conocido jamás, a la convivencia de sistemas de propulsión convencional diésel y gasolina, habrá que sumar la llegada real del GLP y GNC, la tecnología híbrida enchufable asociada a motores diésel y gasolina y una propulsión eléctrica evolucionada que ofrecerá almacenamiento energético en baterías, extensor de autonomía o pila de combustible.
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