La propulsión eléctrica necesita de diversos factores para convertirse en una alternativa real dentro de un mercado cada vez más exigente. Autonomía, tiempos de carga, costes… son diversos los factores que lastran la penetración de esta movilidad en el mercado europeo, y sin embargo se apunta al desarrollo en un único campo para mejorar en gran parte los defectos mencionados, la reducción de peso.
La propulsión eléctrica a baterías se ha encontrado con un gran enemigo en forma de lastre que impide extraer de las cualidades del motor eléctrico todo su potencial. La energía almacenada es cara cuando se trata de trasladarla sobre ruedas y más aún cuando hablamos de densidad energética de por sí sola, por lo que dada la necesidad urgente de mejorar todo lo que tiene que ver con el peso, qué mejor modo que desarrollar nuevas y mejores fórmulas que permitan fabricar plataformas y carrocerías que reduzcan su masa en virtud de un menor impacto negativo en consumo y emisiones.
No todas las soluciones actuales pasan por vehículos eléctricos
Ante este panorama la consultora Frost & Sullivan sugiere cambiar ciertos aspectos clave en el diseño de los automóviles y en las leyes y regulaciones que rigen su venta y uso. Del lado del diseño y fabricación se da a pie a vehículos creados por y para su uso en ciudad como métodos de transporte: pequeños, ligeros, eficientes…
Herramientas de bajas emisiones que no necesariamente deben ser eléctricas, ya que la tecnología de baterías actual impide grandes reducciones de peso en este punto, por lo que una mejora en diseño y fabricación de estructuras permitiría generar automóviles livianos y de bajas emisiones, asociados a sistemas microhíbridos e híbridos que consiguieran un impacto tan reducido como el de vehículos eléctricos que a igualdad de tamaño y prestaciones superan a los primeros en dos o tres veces su peso.
Priorizar, promover y desarrollar
Del lado legislativo es otro de los pilares que se propone como opción a mejora, pues nuevamente se marca a los reguladores como los verdaderos artífices de una reconversión en movilidad, ¿Cómo? pues aplicando leyes e impuestos que favorezcan la reducción de emisiones, la eficiencia en el uso del transporte trátandose de ocupación real y coordinando tráfico y acceso para establecer prioridad según el impacto ambiental.
En definitiva se pone sobre la mesa un planteamiento donde las emisiones van más allá de la propulsión eléctrica empleando fórmulas que de un modo u otro pueden ofrecer en estos momentos similares garantías. Cabe destacar en positivo el tener en cuenta el aprovechamiento del espacio, aunque también se echa de menos resaltar la importancia de los servicios de movilidad capaces de interactuar con el transporte público.
Fuente: GreenCarCongress
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