Los avances en sistemas de seguridad y tecnologías de conducción están en un punto donde la generación de información supera en varias veces la capacidad de gestión de la misma, desperdiciando un alto volumen de datos que podrían ser útiles para mejorar aspectos tales como seguridad, eficiencia y confort durante la circulación.
Bajo este marco de ingentes cantidades de información desperdiciada a priori, se busca adecuar un protocolo capaz de buscar utilidad a esta información para establecer un nivel de inteligencia capaz de prever sucesos y adecuar el tráfico en tiempo real. La tecnología está ahí, y por ello es ahora el momento preciso para definir cómo empleamos dicha información y qué beneficios nos puede reportar como colectivo la gestión de los datos generados.
La clave reside en la capacidad de gestión de la información
Así es como nace el concepto de comunicación V2V, vehicle-to-vehicle, y V2I, vehicle-to-infraestructure. Dos protocolos destinados a definir el grado de comunicación, en calidad y cantidad, que deberá fluir en sentido bidreccional entre vehículos e infraestructuras para poder agilizar la circulación y reducir a la mínima expresión cualquier posibilidad de accidente.
La comunicación de este modo representa un primer paso fundamental hacia la conducción autónoma plena, pues con un vehículo capaz de interactuar con su entorno, los problemas de este tipo de conducción desaparecen.
Sobre el plano teórico, el concepto resulta sencillo pues tan solo pone a disposición de una red inteligente un determinado volumen de información generado por todos los vehículos e infraestrcuturas implicados. Así mismo, en un cruce común podremos encontrar vehículos que quieran cambiar de dirección, peatones que pretenden cruzar y semáforos que deben ofrecer prioridad de uso.
A través de la comunicación V2V se podrá agilizar hasta tal grado esta situación cotidiana que, el vehículo que se aproxima a la intersección no deberá detenerse pues el semáforo será capaz de agilizar el resto de cruces para evitar nuestra detención, disminuyendo el coste de combustible al mantener una velocidad media, limitando el riesgo de colisión al calcular nuestro paso respecto al resto de vehículos implicados y ahorrando tiempo a todos los presentes pues todo habrá sido gestionado para ser realizado en el menor tiempo posible. ¿Fácil no?
Seguridad, eficiencia y confort bajo la aplicación de una red inteligente
Pues no tanto, pues se necesita de una gran capacidad de gestión de información para el desarrollo de este tipo de comunicación en tiempo real, teniendo en cuenta las múltiples variables que pueden suceder en milésimas de segundo.
En la actualidad la totalidad de los fabricantes de automóviles cuentan con proyectos relacionados con la comunicación V2V a distintas escalas. Car2Car es el consorcio que actualmente se muestra como la iniciativa más avanzada gracias al respaldo de importantes constructores como Volvo, Ford, PSA, Honda, Daimler, BMW, Volkswaegn, Renault… e importantes fabricantes del sector auxiliar como: Bosch, Delphi, Denso, Continental…
Una vez conocida la capacidad de las tecnologías instaladas en el automóvil, que repetimos es mucha, el estado de desarrollo de esta tecnología pasa ahora por la gestión de la información por parte de las infraestructuras. Su aplicación a gran escala se espera en el periodo comprendido entre 2016 y 2020, ofreciendo un nuevo abanico de posibilidades dentro de la conducción, y facilitando la transición entre la conducción clásica, conducción semiautónoma y conducción autónoma plena.
Fuente: Car2Car | Safecar | BMW | Daimler
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