Recientemente analizábamos qué es la comunicación V2V y su misión como pilar fundamental dentro del denominado transporte inteligente que, pretende llegar a nuestras carreteras en un plazo máximo de dos décadas. Sus virtudes son muchas, pues su potencial igualmente es muy alto dado el nivel de implicación que exige de todos los elementos conectados pero… ¿Cómo nos afectará a nivel de usuario?
Esta es la pregunta del millón que por el momento la industria en general no responde o no sabe muy bien cómo responder. Este hecho pone en tela de juicio la política de privacidad en el intercambio de información entre vehículos, vehículos e infraestructuras y la temida llegada de las cajas negras. El avance de la tecnología apunta en este sentido, por lo que mejor conocer algunos puntos básicos de hacia donde nos dirigimos.
Cajas negras: el primer paso hacia el vehículo inteligente
Podría pensarse que mi intención es sacar a la luz todos los inconvenientes asociados a este adelanto tecnológico, pero nada más lejos de la realidad a sabiendas de lo mucho y bueno que puede ofrecer este concepto de transporte inteligente como usuario individual dentro de un entorno conectado.
De este modo el primer punto que conviene abordar es el concepto de privacidad y hasta dónde se podrá definir qué información debe ser enviada y qué información jamás debe ser hecha pública. La seguridad es clave en este aspecto, y desde todos los fabricantes volcados en la investigación sobre este campo, se subraya una y otra vez que el mayor problema reside en la gestión de la información y en la vulnerabilidad de la red frente a usuarios maliciosos.
La tecnología instalada en nuestros vehículos permite no solo hablar de conducción autónoma, sino hablar de un tráfico autónomo, sin embargo puntos cruciales como la capacidad de gestión y la seguridad en torno al uso de esta información son la actual barrera que impide su llegada a la vida real.
Del lado de usuario de a pie, ejem, conductor, existen grandes temores en todo aquello que implica un registro sobre nuestros hábitos de conducción, pues dicho registro puede jugar un papel en nuestra contra. Sin embargo debemos pensar, que dicho papel, también puede jugarse a nuestro favor, pues se sobreentiende que la conducción debe ser realizada siempre bajo los límites legales establecidos.
Es por ello que la lucha del usuario no debe ir en contra de la aplicación de estas tecnologías, sino a favor del respaldo y protección de la información como elemento privado. La irrupción de las cajas negras está al caer, convirtiéndose en elementos disuasorios que por seguro cambiarán la forma de conducir de más de uno y más de dos, para el pleno beneficio del restos de conductores.
El siguiente paso llegará con la comunicación entre vehículos e infraestructuras donde toda información relacionada a nuestra conducción y entorno, será enviada en tiempo real para mejorar el tráfico como ente colectivo. Seguridad, eficiencia y confort son aspectos que se verán muy favorecidos, pero hay que dejar claro que, dicho flujo de información, deberá intercambiarse y nunca ser almacenada para usos secundarios, porque si no, no estaríamos hablando de transporte inteligente, sino que hablaríamos de un gran hermano en toda regla.
Virtudes y defectos en relación a sus múltiples posibilidades
¿A favor o en contra? Huelga decir el potencial que presentan los sistemas de comunicación y la futura red de transporte inteligente, no hablamos de conducción para el disfrute, sino de mejorar ese otro aspecto de la conducción que convierte cualquier vehículo en herramienta de transporte.
La libertad actual, bien entendida, tendrá que dejar lugar a un modelo de «libertad vigilada» que sea capaz de favorecer a los usuarios en general, mostrando claramente qué usuarios se desvían de los patrones establecidos. La información privada es el verdadero caballo de batalla, como ejemplo actual solo hay que echar un vistazo a los titulares que una vez y otra hablan sobre redes sociales y fines lucrativos asociados a políticas de privacidad, una clara muestra que pone de manifiesto lo frágil que es el uso de la información por elementos ajenos.
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