Toyota ha desvelado todos los detalles del programa Active Safety Research Vehicle diseñado para el desarrollo de las tecnologías de asistencia a la conducción. Con la conducción autónoma como meta fijada en la plena interacción de todas estas tecnologías de asistencia, Toyota se desmarca desvelando que su proyecto no busca la creación de un coche autónomo, sino la mejora de todas las asistencias diseñadas para mejorar la conducción.
Ante todo sorprende la afirmación de Toyota pues subraya de forma reiterada que el papel del conductor por el momento sigue siendo esencial. Las tecnologías instaladas servirán para mejorar las habilidades del conductor, pero bajo este programa no se busca una sustitución del hombre por la máquina. La unidad escogida, un Lexus LS 600h, ha sido dotada de todos los últimos avances en cámaras, sensores y radar para conseguir la mejor percepción del entorno circundante
Asistencias a la conducción y no conducción autónoma
La firma japonesa afirma que la tecnología ha avanzado lo suficiente para poder llevar a cabo ciertas acciones de forma automática sin necesidad de intervención humana alguna. Ejemplos como los sistemas de frenado automático, los controles de crucero activos o los asistentes en atascos confirman este hecho. Pero a día de hoy, la conducción autónoma necesita de una profunda evolución para poder sustituir la figura del conductor.
La postura de Toyota podría tildarse de pesimista respecto a otros fabricantes que ya postulan a la tecnología como muy capaz a día de hoy, sin embargo, en los argumentos de la japonesa se entiende cierta lógica. La conducción autónoma es posible a día de hoy porque la tecnología es capaz de generar la información necesaria para su correcto funcionamiento, pero la gestión de dicha información y la capacidad de toma de decisiones es todavía una asignatura pendiente.
En el punto de mira de este programa está la reducción de posibles accidente, la disminución de las lesiones aplicando nuevas herramientas en seguridad activa y pasiva y el acortamiento al máximo de los tiempos de respuesta. Con este objetivo, el programa Active Safety Research Vehicle de Toyota pretende dotar al conducto de un arsenal de sistemas que sean capaces de alertar de cualquier mínima eventualidad, pudiendo a llegar a actuar la máquina por sí sola en caso de última necesidad, y siempre y cuando el conductor no lleve a cabo ningún tipo de acción.
La conducción autónoma es posible, pero no todavía.
Fuente: Toyota
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