El año 2012 podría haber sido testigo de un cierto despegue para las ventas de coches eléctricos en España, habida cuenta de la presencia que han tenido en los medios durante todo el ejercicio y la incipiente oferta de modelos que ya existen a la venta. Con una cuota de mercado de turismos inferior al uno por mil del total, me temo que hablar de «despegue» resultaría claramente optimista.
Han sido un total de 484 turismos movidos por electricidad, a los que hay que añadir otros 176 Renault Kangoo Z.E. y 943 unidades del Twizy (un cuadriciclo «fuera de categoría»). En realidad, se han vendido más Twizys que del resto de modelos juntos, en lo que se podría calificar como el único éxito de ventas en una sorprendente y muy destacada primera posición. Se impone un momento de análisis y reflexión.
Empezando por el análisis, de entre los 484 eléctricos calificados como turismos, destacan las 154 unidades del Nissan Leaf que han encontrado propietario. Sin duda, se trata del eléctrico más completo del mercado (no es que haya mucho donde elegir), pero si sumamos las ventas del Peugeot Ion, Citroën C-Zero y Mitsubishi i-Miev (que vienen a ser exactamente el mismo coche) alcanzarían un virtual primer puesto, con 162 unidades entre los tres. De ahí para abajo, nadie alcanza los tres dígitos, a pesar de incluirse en la categoría al Opel Ampera y el Chevrolet Cruze, que no acaban de ser eléctricos puros, sino de autonomía extendida con motor de combustión.
Así las cosas, si nos ceñimos a los turismos de pleno derecho, tan solo siete de cada diez mil turismos matriculados en España fueron eléctricos en 2012. Incluyendo el Twizy, esta cifra se iría al dos por mil en un mercado total de 700.000 matriculaciones. La barrera psicológica del uno por cien queda todavía lejos y sólo podrá cruzarse a medida que aumente la oferta y disminuyan las barreras que hoy existen.
Con respecto a las conclusiones que se podrían extraer de este conjunto de datos, yo diría que la primera es que el coche eléctrico todavía no es suficientemente competitivo y conocido como para alcanzar al público general. Por ahora, el coche eléctrico se está quedando en un pírrico nicho de mercado para empresas que desean proyectar una cierta imagen con sus flotas y un selecto club de particulares tecnófilos y enamorados de la causa. El desconocimiento, el precio y los inconvenientes de este tipo de coches mantienen al común de los mortales a una prudente y escéptica distancia. De momento.
El hecho de que el Twizy sea el más vendido en España y en Europa, podría ser indicativo de que este nuevo segmento de minicoche eléctrico podría tener un verdadero sentido práctico para algunos usuarios. De ser así, se abriría la puerta para que las numerosas propuestas proyectuales de otras marcas, orientadas a competir en él, se conviertan en realidad.
Lo que sin duda constituye este primer puesto es un premio a la innovación y a la audacia de Renault, que ha asumido un riesgo colosal con este vehículo en el que pocos creen (aunque en estas páginas ya hemos escrito alguna vez sobre el sentido del Renault Twizy). Finalmente, con menos de mil unidades vendidas en España y menos de 10.000 en el mundo, tampoco hay que correr demasiado a sacar conclusiones que podrían resultar precipitadas.
Aunque el mercado de los eléctricos esté centrado en vehículos pequeños y urbanos, yo me pregunto lo que sucederá cuando Tesla nos traiga el Model-S.
Fuente: Aniacam | Anfac | El País
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