La publicación del nuevo informe de ANFAC RESEARCH para el Grupo Bosch y el Barómetro de Seguridad Vial y Medio Ambiente Bosch‐ANFAC nos deja conocer más en profundidad el impacto de las tecnologías de advertencia de salida de carril y asistencia de mantenimiento de carril como equipamiento de seguridad que poco a poco comienza a convertirse en un elemento de seguridad con mayor presencia dentro de diferentes gamas y fabricantes.
El dato más relevante obtenido del informe de ANFAC RESEARCH no es otro que la estimación de que entre un 10% y un 18% de los accidentes habituales podrían haberse evitado con la inclusión en el equipamiento de los sistemas de alerta y asistencia al mantenimiento de carril. Un dato a tener en cuenta, pero que contrasta con la disponibilidad de este tipo de sistemas que sigue encontrándose de forma mucho más fácil en fabricantes y segmentos premium.
¿La seguridad tiene un precio?
Las posibilidades de los sistemas de alerta al mantenimiento de carril persiguen avisar al conductor cuando la trayectoria que está trazando en ese instante discurre más allá de los márgenes que delimitan el carril. La asistencia la mantenimiento de carril supone una evolución de la alerta, en tanto que permite la corrección automática del vehículo en caso de que el conductor no realice ninguna intervención o también posibilita efectuar leves correcciones sobre el volante sin necesidad de intervención alguna.
Teniendo en cuenta los últimos dos años de mercado, los sistemas de alerta al mantenimiento de carril estan presentes mayoritariamente en vehículos de alta gama. Un dato muy representativo de que la tecnología en seguridad sigue albergando el hándicap premium para tener acceso a los últimos adelantos tecnológicos que permiten una mayor seguridad, tanto a conductor, como al resto de usuario con los que comparte circulación.
No cabe la menor duda de que hablamos de una tecnología útil que sirve como aliado en la resolución de accidentes que se dan por el hecho de invadir el carril adyacente o el contrario en el peor de los casos. Su implantación en el segmento C comienza a ser más habitual, aunque de igual modo sigue mostrándose como una tecnología reservada para los niveles más altos de equipamiento y en los fabricantes marcados por una filosofía premium de sus productos.
Fuente: ANFAC
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