El fabricante japonés Toyota reafirma su postura frente a la conducción autónoma a través de una opinión realista sobre la complejidad que representa las posibilidades de la tecnología frente a su implementación en la sociedad. No son pocos los fabricantes que ven el vehículo autónoma pleno recorriendo nuestras carreteras a partir del año 2025, sin embargo es mucho todavía el camino por recorrer más allá de las capacidades técnicas.
La tecnología existe, es real e incluso puede verse ya aplicada en muchos vehículos desarrollando funciones muy específicas y acotadas bajo criterios de funcionamiento predefinidos, sin embargo el potencial para su funcionamiento como una parte de la conducción autónoma es completamente real. Todo cuanto conocemos sobre la seguridad activa a día de hoy podría formar parte de un sistema de control autónomo de vehículos.
Conducción autónoma: mucho más allá de la tecnología
Durante la celebración de la feria de electrónica de consumo CES 2013, Toyota hizo gala de un vehículo experimental, un Lexus LS, equipado con los últimos avances en tecnología de conducción asistida que permiten ofrecer mayor seguridad, eficiencia y confort en la conducción. Rápidamente, se tachó a esta presentación como la antesala de los vehículos Toyota equipados con sistemas de conducción autónoma, pero con idéntica celeridad, el fabricante nipón adelantó su particular visión sobre esta tecnología.
Toyota confirma que la técnica ha evolucionado de tal forma que la aplicación de la conducción autónoma no supone un reto por sí misma, sino que es su aplicación como tecnología fundamentada en la conducción lo que implica problemas mucho más difíciles de solucionar como son la adaptación del usuario, la evolución de los reglamentos de conducción y la legislación que deberá acompañar el cumplimiento del código de circulación y leyes que gira en torno a cualquier conductor.
¿Está preparada la sociedad para la llegada de la conducción autónoma?
Resulta obvio que este estrato legislativo es a día de hoy la barrera más compleja a la que se enfrenta la conducción autónoma. Todavía esta tecnología pasa desapercibida, pues su aplicación experimental sólo llama la atención como curiosidad, pero dado el crecimiento que pretende experimentar y la revolución a la que pretende obligar a conductores, la polémica parece estar servida con infinidad de argumentos posibles, tanto a favor como en contra.
El primer paso para avanzar hacia la conducción autónoma, según Toyota, será la estandarización y aplicación de un protocolo de comunicación V2V, un aspecto vital de cara a ofrecer un alto volumen de información que permita a la tecnología trabajar teniendo en cuenta todas las variables de su entorno.
Fuente: SAE
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