El Opel Ampera no está funcionando todo lo bien que debería funcionar en Europa según las declaraciones de Steve Girsky, Vicepresidente de General Motors. Se trata de una reflexión extraída en relación a la repercusión del Opel Ampera en los diferentes mercados europeos que, durante el ejercicio de 2012, se conformó con unas ventas de 6.000 unidades.
General Motors habla abiertamente de que la tecnología Volt es una apuesta enfocada a las pérdidas, pero el caso del Opel Ampera se antoja como aún más exagerado. Las previsiones de General Motors respecto a las ventas del Chevrolet Volt y Opel Ampera a nivel global distan mucho de las pretensiones en sus respectivos lanzamientos, pero mientras en EE.UU. el Chevrolet Volt ya alcanza las 23.641 unidades vendidas, en Europa parece que incluso podría bajar la demanda durante 2013.
¿Dónde está el problema del Opel Ampera en Europa?
Steve Girsky no duda en buscar culpables en los bajos resultados del mercado europeo, de hecho alude directamente a las administraciones públicas. Ante una demanda colectiva para el impulso de la movilidad eléctrica, finalmente todo parece que ha quedado en tierra de nadie dando como resultado unas ventas pobres para los intereses de General Motors respecto al modelo específico para nosotros, los europeos.
Sin embargo, ante estas declaraciones, también es justo analizar otras variables que influyen de forma dramática en la «escasa» aceptación del Opel Ampera. Para empezar, el precio en países como España del Opel Ampera fijado a partir de los 47.305 € sin ayudas de ningún tipo no ofrece atractivo alguno al comprador que realmente está buscando un vehículo ahorrador, que no tecnológico y ahorrador al mismo tiempo.
Escaso apoyo al impulso de la movilidad alternativa
El Opel Ampera es un vehículo que requiere de un usuario específico, pues su tecnología, su concepto y su diseño no ofrecen un producto apto para todos los públicos. Además, Europa todavía vive ese idilio con el gasóleo o el GLP que permite encontrar productos de bajo consumo a precios realmente ventajosos.
Es entonces cuando toca mirar hacia las administraciones, donde vehículos como el Opel Ampera, o no gozan de ningún beneficio fiscal, zonas de uso, ayudas… o, los beneficios que aportan son tan irrisorios que no merece la pena tan siquiera hacer del Ampera una opción de compra. Ahí es donde realmente reside el problema y países como Noruega donde el Nissan Leaf se encuentra mes a mes entre los coches más vendidos, ofrecen el ejemplo práctico para hablar de soluciones.
Fuente: AutoblogGreen
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